No noté mi piel más suave, ni yo ni mi acompañante, y eso que también había en casa la crema corporal de urea...Pero lo peor no fue eso.
Lo más horrible es el olor del producto, como a gel de ducha de hospital, jabón verde y fregasuelos... Al final hubo que aguantarse, ya que no podemos ir por ahí derrochando geles sólo porque no nos guste el olor. Y te acostumbras, más o menos,sin darte cuenta de lo incómodo que era hasta que compras un nuevo gel: de esos con leche de almendras y aroma de miel. Es ahí cuando te duchas con él, tú y tu acompañante, y recuerdas lo importante que es el olor para sentir que, cuando te duchas, estás en tu casa y no en la Clínica La Rosaleda
¡¡Qué gustito!!
p.d.: no puedo creer que haga 5 meses que no actualizo y más cuando este verano me he vuelto adicta a los blogs de moda. Un asco ya lo sé....