No me cuesta trabajo admitirlo
Lo admito, me encantan las curvas, también las curvas estéticas y quizás las curvas de las autopistas, pero en esta ocasión me refiero a las curvas que usamos para graficar los ciclos en la economía y los negocios, donde muchos conceptos y temas se pueden analizar desde un modelo cíclico, allí están las famosas curvas de aprendizaje de la que tanto se habla en los departamentos de RR.HH, también tenemos las temporadas de de venta según el producto, siendo Julio, Agosto, Diciembre y Enero, los mejores y peores meses, al mismo tiempo, relativo al giro del negocio, y por su puesto, el ciclo de vida de un producto.
Pero, ni si quiera es una novedad…
Pensar las cuestiones de negocios en modelo de ciclos no me parece que sea algo nuevo, ni si quiera contemporáneo ni moderno. Por lo menos desde los tiempos en que la humanidad cultiva la tierra, parece ser necesario conocer las temporadas, ya que no en todos los meses se puede sembrar y cosechar, para no ir más lejos, la vida de este planeta tiene una trayectoria que se asemeja mucho más a una curva que a a una linea; amanecer, zenit, ocaso, noche; nacimiento, madurez, envejecimiento y muerte.
Empero, no en pocas ocasiones, se sigue escuchando a los ejecutivos plantear crecimientos y ventas en ascendencia lineal indefinida como si se tratara del deber de toda empresa, muchas veces n si quiera con un auténtico ejercicio de cogitación para deliberar sobre esa posibilidad, o asumiendo que la cresta de esa curva está muy a lo lejos, o mucho peor, ignorando que todo ciclo es fractal. Partimos desde cero cuando en una empresa se parte de menos cero, debido a los costos de inversión.
Del reduccionismo a la irrealidad
Hemos llegado a una situación que, por falta de ese conocimiento, las empresas terminan sobre explotando sus recursos, ya que en una mentalidad lineal, si las ventas están cayendo es porque necesitamos asignar más recursos o en el mejor de los casos, realizar trasformaciones cosméticas al producto que en nada mejora el desempeño final.
Podría mencionar muchos sectores, y sobre todo, áreas específicas de sectores que ya se encuentran sobre explotados, aunque eso es lo de menos si se le compara con la cultura que la está acompañando, caracterizada de la banalidad y el reduccionismo más escandaloso.
Notoriamente, casi ningún aspecto de la vida es lineal y como el comportamiento más elemental de la naturaleza, se asemeja más a un ciclo que, ciertamente, puede llevar una tendencia como ocurre en el mundo de la economía y los negocios.