En su primer disco, Desafíos, no quisieron preparar ni ensayar nada, porque querían ver qué pasaba si se metían en un estudio y dejaban volar la imaginación. Omara y Chucho, que se conocen desde que el gran Bebo Valdés (su padre) y ella participaban en el mítico Club Tropicana, vuelven a repetir aquí la misma fórmula. En esta ocasión, la complicidad entre ambos les permitió grabar este disco en tan solo "un día y pico", a pesar de los problemas con la luz.
En su primer disco, Desafíos, no quisieron preparar ni ensayar nada, porque querían ver qué pasaba si se metían en un estudio y dejaban volar la imaginación. Omara y Chucho, que se conocen desde que el gran Bebo Valdés (su padre) y ella participaban en el mítico Club Tropicana, vuelven a repetir aquí la misma fórmula. En esta ocasión, la complicidad entre ambos les permitió grabar este disco en tan solo "un día y pico", a pesar de los problemas con la luz.