¿Qué pasaría si una mañana, al despertarnos, el mundo entero pudiera ver, oír y sentir a través de nosotros? ¿Si nos convirtiéramos en emisores universales de nuestra cotidianeidad más íntima? Esto es lo que le ocurre a Hervé , el protagonista de Omni-Visibilis , un tipo corriente y aburrido, víctima de un extraño don con unas consecuencias del todo imprevisibles.
Hervé es un tipo normal que trabaja en una oficina y no tiene problemas más allá de que el pis se le salga de la taza y tenga que limpiarlo porque va a entrar alguien después. Pero un día, al levantarse le comienza a ocurrir algo extraño: todo el mundo le mira por la calle, le hacen comentarios extraños y por algún motivo gente desconocida sabe lo que ha hecho esta mañana en su casa. Todo se complica cuando se da cuenta de que el mundo entero puede ver a través de sus ojos y no sólo eso, sino también oler y escuchar, todo lo que perciben sus sentidos es también percibido por todos los demás habitantes humanos del planeta. No existe una explicación de porqué ocurre esto, el protagonista ni si quiera se lo pregunta, está demasiado ocupado intentando huir del acoso creciente por parte del mundo que quiere transmitir mensajes a través de él, el gobierno que quiere capturarle para experimentar, gente que le quiere secuestrar para sacar dinero, etc. Es casi imposible esconderse, todo el mundo sabe donde está porque ven lo mismo que él.
Todo se desarrolla en un mismo día pero es un día frenético que acaba como tenía que acabar, con el protagonista a las puertas de la muerte y la pérdida de su “poder”, eso es lo mejor que podía ocurrirle dadas las circunstancias, ya que, como se muestra en esta historia los humanos podemos ser como una jauría de salvajes depredadores cuando alguien tiene algo que nos interesa.
Omni-Visibilis de Lewis Trondheim y Matthieu Bonhomme.
Web de Lewis Trondheim
Wikipedia de Matthieu Bonhomme.