‘on the road’: un viaje sin espíritu

Publicado el 19 abril 2013 por Cintasperdidas @cintasperdidas

On the Road, la adaptación del director brasileño Walter Salles (Diarios de una Motocicleta, 2004) de la novela homónima del famosos escritor beat Jack Kerouac se queda corta. Intenta, quiere, busca, pero no encuentra. Pretende servir de inspiración, sin embargo toda su pasión queda en stand by debido a su fracaso como película profunda e iluminada. Sólo quedan hermosas postales de un recorrida permanente por Estados Unidos, así como una buena puesta en escena y pequeños cameos de actores con nombre como Viggo Mortensen, Steve Buscemi o Kirsten Dunst, además de mucho sexo libertino, drogas, literatura y jazz.

Este trabajo sirve para recrear a la generación beat, un movimiento cultural formado por un grupo de escritores de los años cincuenta en Estados Unidos. Sus señas de identidad son la gran libertad sexual, el uso de drogas y una fuerte dedicación por la literatura. Estos tres elementos son retratados fielmente en la película por sus tres protagonistas, Sam Riley, Garret Hedlund y Kristen Stewart, que forman un triángulo que comparten coche y cama. Aunque el fondo de la historia parece apasionante, la película lo convierte en banal y travieso. La sensación es por momentos de contemplar a unos inmaduros incontrolados que buscan aventuras. La realidad marca que sus viajes y y sus experiencias harían trabajar su imaginación, imprescindible para cualquier escritor, que es la aspiración de Sal Paradise, interpretado por Sam Riley.

Escritores abundan. Sin embargo, Sal Paradise tiene a Dean Moriarty (Garret Hedlund), un joven con gran encanto y propenso a aventuras y desventuras de todo tipo, como motivo principal para salir junto a él hacia la carretera, libre e interminable. En busca de entender el mundo y de encontrar sus propias personalidades, la larga ruta estadounidense se transforma en una manera de enriquecer sus vidas, en una manera de vivir, de sentir y de crecer.

Una buena puesta en escena, con buenos vestuarios y una buena recreación de la América de la década de los cincuenta, enriquecen una película que peca de superficialidad, aunque busca constantemente lo contrario. Las escenas que podrían ser buenas se quedan en normales, los actores que podrían ser excelentes se mantienen en una correcta línea de aprobación mientras que los puntos interesantes, como el pensamiento filosófico de algunos personajes dan lugar a escenas de libertad sexual y drogas desenfrenadas, que abundan.

On the Road consigue que el espectador vuelva al libro original, buscando el espíritu real de una historia que contempla la genialidad de personajes como Neal Cassady, Allen Ginsberg, William Burroughs o el mismo Jack Kerouac. Al productor de la cinta, Francis Ford Coppola, quien compró los derechos de la novela hace años y quien ya había intentado llevarla al cine sin conseguirlo, le invadió la ansiedad y no pudo esperar más tiempo aún para conformar una película con mucho potencial pero con escasa ambición para buscar un producto con un espíritu irreprochable.