Y aunque esto puede parecer relajante, lo cierto es que la vorágine de las diversas actividades laborales-familiares hacen que lo que podría ser relax no lo sea...y en medio de este frenesí veraniego recibo un mensaje de una compañera sommelier de chocolates muy implicada en ayudar y fomentar el cultivo de cacao y producción de chocolates en Filipinas. Ella lo hace a través de una fundación, Moulinet chocolate, de la cual es fundadora, y mediante la cual está haciendo catas de chocolate en Manila. Ella me preguntó por informaciones sobre cacao y chocolate relacionadas con la historia de España, que fueran más allá del asunto de que Cortés trajo el chocolate y que de aquí se extendió al resto de Europa. Por todo esto, decidí que sería interesante darse una vuelta por Oñati, pues según tenía entendido, aún hay mucho resto de su pasado chocolatero...
Aquí podemos encontrar una colección de chocolateras antiguas, molinos y molinillos, metates, moldes, piedras de moler, así como cantidad de carteles, fotos, papeles de tabletas de la zona a lo largo de muchos años, y documentos como recibos y contratos de hace muchísimos años atrás.
Antón explicaba estas cosas que yo conozco bastante bien, así que aproveche para sacar fotos alrededor, pero cuando empezaron las preguntas...le conté cuál era el motivo de mi visita, y es que, este hombre es un pozo de conocimiento en lo referente a detalles históricos, y un erudito en la relación País Vasco-chocolate...y prueba de ello es un libro, trabajo de casi dos décadas, con documentación exhaustiva sobre este tema, “Kakaoaren iluntasuna eta txokolatearen magia Oñatin”,una joya histórica al que voy a dedicar un tiempecito...
Aparte del interés histórico-culinario, en este centro también podemos adquirir una variedad de tabletas elaboradas de principio a fin allí, en Oñati, y de paso darnos un paseo por la villa, que dicho sea de paso, me encantó, ya que nunca había visitado, pero que sin duda, volveré a visitar.