Once Upon a Time in Anatolia (Bir Zamanlar Anadolu), Turquía 2011

Publicado el 07 diciembre 2011 por Cineinvisible @cineinvisib

La cámara se va acercando al cristal de una especie de garaje, a través de él vemos a un grupo de hombres que ríen, charlan  y beben en un ambiente amistoso, un trío de camaradas compartiendo un buen momento. Pero la cámara parece descubrir más de lo que aparentemente observa el espectador y se retira con rapidez de la ventana.

En la siguiente escena, en plena madrugada para que nos vayamos acostumbrando (de hecho la mitad de la película transcurre de noche), unos coches atraviesan la sublime estepa de la Anatolia turca. Los hombres ya no son tres y descubrimos que tampoco eran amigos. Uno de ellos ha sido asesinado y los otros dos, esposados y acompañados de la policía, unos militares, el juez y un médico forense, van a intentar localizarla el lugar donde enterraron el cuerpo.

Nuri Bilge Ceylan es uno de los mejores y más fascinantes directores de cine de la última década. En seis películas (El pueblo, 1997; Nubes de mayo, 1999; Lejano, 2002; Los climas, 2006; Tres monos, 2008) ha desvelado un universo particular, una narrativa que analiza pertinentemente la naturaleza humana hasta en sus más recónditos ángulos, una fuerza visual llena de sorpresas para el espectador y un humor ligero e irónico que aparece en los momentos más inesperados de su filmografía. Invitado habitual de los grandes festivales internacionales colecciona galardones con cada película, por ejemplo con su último film, el Gran Premio de la Crítica de Cannes, que no está nada mal.

Esta particular Érase una vez en Anatolia es la más hipnótica, elegante y divertida de todas sus películas. Inspirado por los personajes de Chejov, casi seguro por ciertas de sus experiencias (su profesión inicial es la medicina como la de su personaje principal) y por las pinturas de Rembrandt y Vermeer (¿quién ha retratado mejor la oscuridad que los maestros holandeses?) el film es un absoluto momento de gozo cinéfilo.

Los espectadores no queremos que se acabe esta noche de búsqueda en la que los personajes se van descubriendo a sí mismos y a los demás, se discute para llenar el tiempo de la espera, se cuentan chistes para aliviar la tensión y se descubre un retrato alucinante de la Turquía actual, a través de dos de sus excepcionales protagonistas, el conocido actor y director que interpreta al comisario de policía, Yılmaz Erdoğan, y el genial Muhammet Uzuner.

El día que fui a verla la sala estaba a rebosar y sólo quedaban una docena de asientos en la primera fila. Un detalle puede revelar mejor que cualquier adjetivo al uso lo que me gustó la película. Lo único que lamente, con cierto dolor en el cuello todo hay que decirlo, es que el director hubiese cortado parte de metraje, reduciéndolo a 2 horas y 27 minutos en lugar de las 3 horas y media que había previsto en un principio. Suficientemente ilustrativo, ¿no?