Onintza Aduriz. Foto: Alberto Nevado / FEB.
Toni Delgado
"Al final he salido antes. Si quieres, estoy libre ya", me escribe Onintza Aduriz (San Sebastián, 1991). Son poco más de las ocho de la tarde y acaba de concluir su jornada laboral en la clínica. Al otro lado del teléfono, disimula muy bien el cansancio. Aunque todavía no sea consciente, es ya una exjugadora de baloncesto. "Ha sido una decisión muy meditada y muy difícil, pero creo que la he tomado totalmente convencida y en el mejor momento", anunció la semana pasada una de las protagonistas del crecimiento sin pausa del CD Ibaeta.
Ahora, Onintza Aduriz, Onin para su entorno, se centra en su otro oficio, el de odontóloga. "La gente viene a la clínica un poco asustada. Intento ponerme en su piel y relajarla. Por fortuna, mi plan B me encanta. Lamentablemente pocas jugadoras pueden vivir del baloncesto". Cuando empiece la temporada 2019-2020 ya no tendrá que ir a San Sebastián cada día y volver a Pamplona, donde vive y trabaja. Lo hizo el último curso: "Sólo podía ir a los entrenamientos de la tarde". Desde que empezó a estudiar odontología sus días han sido muy largos. Entonces su trayecto era San Sebastián-Bilbao y Bilbao-San Sebastián. Cuando acabó la universidad, empezó unas prácticas a las que "iba cuando podía y en mi tiempo libre". "Estoy feliz por haber sido yo quien ha tomado la decisión y de hacerlo encontrándome bien en la pista", reconoce Onintza Aduriz, que quizás haya disputado su curso más completo en la Liga Día. "Obviamente me ha dado pena porque el baloncesto es mi vida, pero necesitaba crecer en mi otra profesión y me era muy difícil compaginar ambas", añade la exjugadora del CD Ibaeta. "Onin no es de hacer las cosas a medias", la retrata Azu Muguruza. "Ya sabía que lo dejaba. Lo viví con mucha pena porque todavía le quedaba mucho baloncesto y con mucha alegría porque sé que su nueva etapa también vendrá cargada de éxitos", apunta Arantxa Novo. —¿Onintza, cuándo decidiste que dejarías el baloncesto? –le pregunto. —El verano pasado empecé a buscar trabajo y cuando lo encontré fui consciente del ritmo de vida que llevaría. Ir a San Sebastián a entrenar cada día y volver luego a Pamplona sería un gran reto. Súmale los partidos fuera de casa. No tenía decidido que fuese mi última temporada, aunque asumí que podría serlo. En el tramo final del curso se me hizo más complicado y pesado estar en los dos sitios. Fue entonces cuando decidí cerrar mi etapa como jugadora.
Onintza Aduriz en la Copa de la Reina de Vitoria. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
Compartió con su novio el que sería su último viaje como profesional: "Fer siempre me ayuda mucho, juega en la Liga EBA y es otro apasionado del baloncesto. Se ofreció a acompañarme porque sabía que iba a ser uno de mis últimos partidos y no quería perdérselo". Onintza Aduriz se despidió de las pistas en un Palau repleto y ante un Cadí La Seu que se llevó, en la prórroga del tercer partido, la eliminatoria más intensa del curso en Liga Día. "Estaba triste por habernos quedado a las puertas de las semifinales, pero satisfecha de que lo dimos todo", añade. Para Onintza Aduriz el compromiso es algo innegociable: "No contemplo la opción de cumplir lo que he prometido". Se siente una hormiguita que ha ido creciendo "poquito a poquito" gracias a su constancia y a la confianza que le han dado tanto la entrenadora, Azu Muguruza, como sus compañeras. "Se ha acabado convirtiendo en un jugadora imprescindible y generosa. Se ha ocupado muchas veces del trabajo sucio que no se refleja en las estadísticas y es vital para que el equipo gane", expone Arantxa Novo. "Es muy sencillo entenderse en la pista con Onin por su entrega, buena lectura del juego y su calidad", aporta Gaby Ocete. Con 16 años Onintza Aduriz se entrenó por primera vez con el primer equipo, al que se adaptó rápido: "Era casi una niña nerviosa y llena de miedos, pero Iulene [Olabarria], con su empatía y predisposición, me hizo normalizar la situación y me ayudó a sentirme una más desde el principio. Lo mismo puedo decirte de Arantxa Novo". Nunca se olvidó de que ella un día fue la recién llegada. Por eso Onintza Aduriz siempre ha intentado integrar y ayudar a las más jóvenes: "Me hace ilusión ver su crecimiento y comprobar que Sara, María o Lara empiezan a ser jugadoras importantes de la Liga Día. Por pocas cosas puedo sentir más orgullo". "Desde el primer día, Onin me transmitió tranquilidad, me sonreía y me animaba mucho cuando hacía las cosas bien. Eso me daba un empujoncito. No sé si es porque soy muy expresiva o porque tiene algún superpoder, pero me nota cada vez que estoy nerviosa o me pasa algo", interviene Sara Iparragirre. "Me ha enseñado a confiar más en mí y a pensar más en positivo", se suma María Eraunzetamurgil. "Tanto Iulene como ella me ayudaron mucho a integrarme en el grupo y confiaron en mí", recuerda Lara González.Aunque a Onintza Aduriz le dé la risa, también ha hecho de modelo para Gaby Ocete. Modelo de maquillaje. "Es un mundo que me atrae, aunque no tanto como a Gaby, que se quiere dedicar a ello. Me maquillaba y luego me sacaba un par de fotos. Más bien fueron buenos momentos entre amigas", relativiza, entre risas, la exjugadora. Ocete va más allá: "Onin es mi modelo número 1. Con ella empezó esta locura. Es muy fácil maquillarla porque es guapisíma. Ojalá pueda repetir experiencia muchas veces más". Gaby Ocete le dio "mucha confianza" en sí misma: "Esa temporada di un gran paso adelante gracias, en parte, a Gaby. ¡Teníamos un equipazo! Conseguimos clasificarnos por primera vez para los playoffs de la Liga Día. El club y yo hemos crecido de la mano". De su primera Copa de la Reina, en 2016 y en casa, se queda con "el ambientazo" que se formó en el Gasca; de la segunda, en Zaragoza (2018), con la "gran alegría" de superar al Uni Ferrol, que les había ganado en los cuartos de final de la Liga del curso anterior, y hacer "un muy buen papel" contra el Perfumerías Avenida; de la tercera y última, en Vitoria y ante el Gernika, con "la rabia" de no haber podido volver a superar a un rival al que "le salió todo. Courtney Williams hizo lo que quiso". Onintza Aduriz ha disputado también tres playoffs de Liga Día y siempre cayó en cuartos, en el tercer partido y por un marcador muy ajustado. En 2017 se lesionó Pao Ferrari; en 2018, Lyndra Littles. Esta vez no perdió a nadie durante el partido, pero el CD Ibaeta volvió a quedarse a media uña de las semifinales. Es un equipo que se sobrepone a todo.
La entrevistada. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
—Las renovaciones de Lara González, Ellen Nystrom y María Eraunzetamurgil o el fichaje de Mehryn Kraker... ¿Cómo estás viviendo los movimientos del club?—El club mantiene el bloque y sigue siendo fiel a su filosofía. No me ha sorprendido ninguna decisión y espero que las nuevas lo den todo por el CD Ibaeta. No dudo de que así será. Azu Muguruza seguirá al mando del grupo. "Azu siempre me pidió que fuera yo misma y que lo diese todo, pero, sobre todo, que confiara en mí", reconoce Onintza Aduriz. "Onin siempre demostró mucha seguridad en el campo. Es muy inteligente y sabíamos que no haría ninguna tontería", recuerda la entrenadora. "Cada año viene más gente al Gasca, que a veces se llena. Hacemos muchas visitas a las ikastolas y eso está motivando que niños y niñas quieran venir a vernos el sábado", celebra Aduriz. —¿Le vas a quitar el tambor a Josemari? —[Risas]. Siempre me tomo un tiempo de vacaciones y todavía no soy muy consciente de que me he retirado. Cuando vea al equipo en la pista, asumiré que se acabó. Entonces me dedicaré a animar, aunque no sé si con tambor. [Más risas]. Ayudaré a mi equipo como cualquier aficionado o aficionada, como Josemari, un incondicional que, pase lo que pase, siempre apoya. ¿Qué legado deja Onintza Aduriz en el CD Ibaeta? "Sobre todo, su lealtad y profesionalidad. A su lado todo es muy fácil. Onin siempre está dispuesta a cualquier cosa y a ayudar a todo el mundo", expone Azu Muguruza. "Nunca le vi una mala cara... ¡Jamás! Deja un legado difícil de sustituir", interviene Arantxa Novo.Cuando le hago la pregunta a Onintza Aduriz, suspira. Tarda dos segundos en contestar. —Me ha escrito muchísima gente. Para nada me esperaba una reacción de estas dimensiones. Siempre he intentado aplicar los valores que me ha enseñado el deporte y creo que la gente ha visto a Onin persona, y eso es lo más importante. Onintza Aduriz ha cumplido casi todos sus sueños como jugadora en el CD Ibaeta: "Me han quedado retos por cumplir, pero me retiro feliz con lo que he conseguido". Como el ascenso a Liga Día el 14 de abril de 2013 en Cáceres ante el anfitrión Al-Qázeres. "Se me pone la piel de gallina... Llevábamos cuatro años intentando subir a la máxima categoría y fue el premio a la constancia", recuerda.
Nunca ha sido de reparar en los datos. Por eso le "impactó" cuando se publicó en enero que una gripe le había impedido completar en Zaragoza su 198º partido consecutivo. De hecho, desde que debutó con el primer equipo sólo se ha perdido dos. "¿El secreto? Mucho trabajo y la fortuna de no haber tenido lesiones graves", relativiza.
"El equipo echará de menos muchas virtudes de Onin, como el juego telepático. Con muchas compañeras no le hace falta ni hablar para saber qué van a hacer", comenta Josemari Sierra. "La admiro, sobre todo, por lo luchadora que es. Sé que la tendré siempre. Atenta, cariñosa, tímida al principio, divertida... Conozco a poca gente con un corazón tan grande", interviene Gaby Ocete. "Destacaría su positividad. Incluso estando agobiada con las idas y venidas de Pamplona, siempre tenía buena cara para sus compañeras. No he conocido a nadie con su capacidad de trabajo", apunta Sara Iparragirre. "Admiro su dedicación. Creo que en los últimos años ha sido el alma del club. Es una persona 10 y una amiga espectacular. Tímida por momentos, pero cuando la conoces es muy simpática", la retrata Pao Ferrari. "Me quedaría con su valentía en la pista y con su humildad y optimismo. ¡Echaré de menos su juego sin balón!", expone Toch Sarr. "He aprendido mucho de su experiencia, saber estar, compromiso, esfuerzo... Siempre la querría en mi equipo", cierra Lara González. Enlaces relacionadosMaría Eraunzetamurgil: "Necesito tener más confianza en mi tiro"
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