El Examen Periódico Universal (EPU) tiene lugar cada cuatro años para examinar las prácticas de derechos humanos y civiles de cada uno de los 193 países miembros de la ONU. Delegados de 117 países aprovecharon la oportunidad para fustigar el registro de violaciones de los derechos civiles de los EE.UU. por sus brutales y racistas fuerzas policiales.
En un intento de defenderse de lo inevitable, James Cadogan, un asesor de alto nivel en la División de Derechos Humanos del Departamento Justicia, dijo que los EE.UU. debemos "volver a dedicarnos a asegurar que nuestras leyes de derechos civiles estén a la altura de lo prometido", listando varias "muertes trágicas " que provocaron numerosas manifestaciones y disturbios a gran escala en todo el país. Sin embargo, parecía estar ciego a la base fundamental para tal indignación diciendo que los EE.UU. están deseos a"identificar y abordar los posibles problemas policiales antes de que se conviertan en problemas sistémicos". El ejemplo de ese "dese" lo plasmó Mary McLeod que, actuando como asesor legal del Departamento de Estado de los EE.UU. dijo,"Estamos orgullosos del trabajo que hemos hecho desde nuestra última EPU". La mayoría estaría de acuerdo.
Lo que los representantes de los Estados Unidos promocionan como una mejora, en realidad no hace más que poner de relieve la cuestión sistémica que dicen estar interesados que no surja. Cadogan citó hay 400 casos con cargos judiciales en los últimos seis años contra los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley. Nombrando a Michael Brown y Eric Garner como ejemplos, expresó que existe un interés en la impunidad que de una verdadera rendición de cuentas - y es apenas un reflejo de la totalidad de los incidentes. Más de 400 personas han muerto por la policía , sólo en 2015.
"Chad considera a los Estados Unidos de América como un país donde impera la libertad, pero los recientes acontecimientos diirigidas a sectores negros de la sociedad han empañado su imagen", dijo Awada Angui , el delegado de ese país.
El representante de Namibia, Gladice Pickering, se hizo eco del consenso general diciendo que los EE.UU. necesitan"arreglar el sistema de justicia roto que sigue discriminando a las comunidades marginadas [...], incluso no teniendo en cuenta las recientes olas de protesta raciales a causa de las muertes de hombres negros desarmados a mano de policías.
Los críticos en todos los ámbitos instaron a mejoras en los métodos de entrenamiento y en la legislación y que se incluyeran metas para eliminar el racismo y poner fin a una fuerza excesiva.
"No estoy sorprendido de que los ojos del mundo se centren en temas de la policía en los EE.UU.", dijoAlba Morales de Human Rights Watch. "Hay un centro de atención internacional que se ha brillado [sobre otros temas], en gran parte debido a los acontecimientos en Ferguson y la respuesta policial desproporcionada incluso a manifestantes pacíficos".
Una investigación federal se puso en marcha el viernes para determinar si la policía de Baltimore han instituido un patrón de discriminación tras los informes de los residentes de abuso brutal antes y después de que Freddie Gray muriera estando bajo custodia policial. Tales investigaciones son a menudo demasiado escasas, demasiado tarde para las víctimas y sus familias, que los ven más afín a la broma cínica: "Nos investigamos y concluimos que no hemos hecho nada malo".
La ONU emitirá su informe sobre el examen junto con las recomendaciones el viernes, aunque su contenido probablemente no va a ser de mucha importancia teniendo en cuenta que los EE.UU. "en gran parte han fracasado" para poner en práctica cualquiera de los 171 cambios sugeridos en el informe anterior.
No hay mucha comodidad encontrarse en un ambiente donde se llama a la policía para asistencia y, potencialmente podría ser su propia sentencia de muerte. Pero si EE.UU. no ve un problema con sus políticas policiales, al menos 117 países de todo el mundo están empezando a hacerse preguntas.