Es realmente original que hayan creado un mundo repleto de elfos, duendes, y demás criaturas mágicas, pero que al perder la magia, se asemeja mucho a nuestra realidad. Esto sirve de paralelismo para hacer pensar al espectador en cómo hemos perdido la magia en nuestro propio mundo, en este caso no literalmente, sino simbolizando la imaginación, el optimismo y las ganas de soñar.
La solución de la película se puede extrapolar a la realidad, que es que los niños son los que acaban devolviendo esa magia al mundo de los mayores, que ya habían olvidado que es ser un niño.
Siguiendo los estándares de Pixar, esta es una película que pueden disfrutar tanto jóvenes como adultos. El mundo de fantasía es perfecto para los más pequeños, que no dejan de recibir estímulos visuales a lo largo de toda la cinta. Sin embargo, el mensaje que la historia quiere transmitir sobre la perdida de un ser querido, puede ser comprendida en mayor profundidad por los mayores.
- Valoración: 8/10
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