A corto plazo ha dado una señal positiva al superar el nivel psicológico de los $1.250. A partir de este punto habrá que vigilar la superación de las siguientes resistencias relevantes que pasan por los $1.252,20 y los $1.262,85.
Sin embargo, al observar los osciladores vemos que tanto el estocástico como el índice de fuerza relativa se encuentran en niveles de sobrecompra lo que limita el potencial alcista del precio a corto plazo. Por esta razón tampoco es descartable que el metal precioso consolidase posiciones. En este sentido, podría irse a buscar apoyo al soporte de los $1.210,45 que además pasa cerca de la media de las últimas 50 y 100 sesiones.
El reciente rally del oro, está muy ligado al miedo a una recaída en la recesión en EEUU que podría arrastrar al resto de la economía mundial. Esto provocaría nuevas medidas expansivas de política económica tanto en el plano monetario como fiscal que podría generar una pérdida de valor en las divisas clave del sistema financiero internacional, con el Dólar a la cabeza.
Aquí, el factor relevante es la batalla entre los inflacionistas y los deflacionistas. En función de la visión de los mercados y de la economía están aquellos que piensan que las perspectivas apuntan hacia presiones deflacionistas más que inflacionistas en el medio plazo. Otros piensan lo contrario a la vista de las medidas extraordinarias que están tomando los Bancos Centrales aumentando sus balances poniendo en marcha medidas de ajuste cuantitativo (‘quantitative easing’). Estos últimos creen que esto va a generar un grave problema de inflación en el medio plazo y apuestan por el oro como medida de cobertura ante la pérdida de valor de las divisas de patrón fiduciario.