Así pues, tenemos unos míticos títulos de crédito que suponen la antesala de un espectáculo épico sin precedentes, con una de las mejores bandas sonoras de la historia (concretamente suena el contundente tema titulado "Anvil of Crom") obra del tristemente desaparecido Basil Poledouris. Lo primero que aparece ante nuestros ojos es una lapidaria frase del filósofo alemán Friedrich Nietzsche: "That which does not kill us, makes us stronger" (Eso que no nos mata, nos hace más fuertes). Tan tremendo aforismo nos deja bien claro cual va a ser uno de los pilares del film: la lucha constante en pos de la superación y, como seguramente ya sabreís si habeís visto la película, tras la venganza.
Between the time when the oceans drank Atlantis, and the rise of the Sons of Aryas, there was an age undreamed of. And onto this, Conan, destined to wear the jeweled crown of Aquilonia upon a troubled brow. It is I, his chronicler, who alone can tell thee of his saga. Let me tell you of the days of high adventure!
Y a partir de ahí asistimos al proceso artesanal de creación de una espada, la misma espada que empuñará el padre de Conan poco después para defender a los suyos. Acero fundido e incandescente que inunda la pantalla, la hoja siendo trabajada a golpe de martillo sobre un yunque, el labrado de la empuñadura... Todo ello bajo la atenta mirada del joven bárbaro (interpretado, ya lo sabeís todos, por Jorge Sanz...), al que su padre inculcará justo después de los títulos de crédito la pasión y el respeto por el secreto del acero, en una arenga también mítica. Después vendría todo lo demás: el ataque a la aldea de Conan, éste siendo tomado prisionero y trabajando como esclavo, su liberación y, lo más importante, la incansable búsqueda de aquel que masacró a su familia y le privó de todo lo que amaba en la vida... Pero eso es otra historia...