Existen producciones que ya desde su misma génesis están planteadas para levantar ampollas y agitar conciencias. Tal es el caso de Making a murderer, cuya cabecera hoy os traigo aquí. Desde que se estrenara globalmente el pasado 18 de diciembre, esta serie documental original de NETFLIX (de apenas 10 episodios) está dando que hablar, hasta el punto de convertirse en un auténtico fenómeno social generando intensos debates y multitud de comentarios en las redes sociales. La indignación popular ha provocado incluso que a través de la mayor plataforma de peticiones del mundo, Change, más de 400.000 personas (452.577 al momento de escribir esta entrada) hayan firmado para solicitar al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, la liberación inmediata de Steven Avery, un hombre que fue acusado de violación y pasó 18 años en prisión hasta que, gracias a las pruebas de ADN, su sentencia fue revocada. Pero lejos de terminar ahí la cosa, dos años después de su liberación, y mientras se encontraba inmerso en una demanda contra el sistema judicial americano que le podría hacer ganar millones de dólares, fue acusado del homicidio de la fotógrafa Teresa Halbach. ¿Casualidad? Ante tal avalancha de firmas, a la Casablanca no le quedó otro remedio que responder mediante un comunicado donde aclaraban que el presidente no puede otorgar el perdón al condenado ya que se trata de un delito criminal y no de una ofensa federal. Respecto al opening que encabeza esta entrada sólo añadir que el tema musical está compuesto por el reputado músico argentino Gustavo Santaolalla, al que muchos reconocerán como el responsable de las bandas sonoras de Brokeback Mountain, 21 gramos, Babel o Biutiful.
Existen producciones que ya desde su misma génesis están planteadas para levantar ampollas y agitar conciencias. Tal es el caso de Making a murderer, cuya cabecera hoy os traigo aquí. Desde que se estrenara globalmente el pasado 18 de diciembre, esta serie documental original de NETFLIX (de apenas 10 episodios) está dando que hablar, hasta el punto de convertirse en un auténtico fenómeno social generando intensos debates y multitud de comentarios en las redes sociales. La indignación popular ha provocado incluso que a través de la mayor plataforma de peticiones del mundo, Change, más de 400.000 personas (452.577 al momento de escribir esta entrada) hayan firmado para solicitar al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, la liberación inmediata de Steven Avery, un hombre que fue acusado de violación y pasó 18 años en prisión hasta que, gracias a las pruebas de ADN, su sentencia fue revocada. Pero lejos de terminar ahí la cosa, dos años después de su liberación, y mientras se encontraba inmerso en una demanda contra el sistema judicial americano que le podría hacer ganar millones de dólares, fue acusado del homicidio de la fotógrafa Teresa Halbach. ¿Casualidad? Ante tal avalancha de firmas, a la Casablanca no le quedó otro remedio que responder mediante un comunicado donde aclaraban que el presidente no puede otorgar el perdón al condenado ya que se trata de un delito criminal y no de una ofensa federal. Respecto al opening que encabeza esta entrada sólo añadir que el tema musical está compuesto por el reputado músico argentino Gustavo Santaolalla, al que muchos reconocerán como el responsable de las bandas sonoras de Brokeback Mountain, 21 gramos, Babel o Biutiful.