El autor valenciano ha urdido una tela de araña, entretejiéndola con el amianto más tupido, puesto que la persistencia del joven Diego, admirador del escritor Benavides, deja paso muy rápidamente a un teatro de marionetas dirigido por una mente superior, una maquiavélica partida de ajedrez, cuyo mate es el deseo furibundo de manejar la existencia del matrimonio, condicionando y alterando incluso las decisiones más privadas de una pareja que, con sus más y sus menos, había vivido siempre sin él.
Precisamente el punto de partida de la admiración desmedida, al igual que el ego del escritor, conforman el pasaporte con el que Diego se cuela entre la pareja, ganándose el cariño de Aina con su delicadeza, la misma que Mando no es capaz de ver por ningún lado, atosigado como está por el vértigo de acontecimientos que no puede controlar, y que cada vez más le acercan a la expulsión de la que hasta entonces había sido su vida.
Quien abra esta novela debe estar preparado para no interrumpir su lectura hasta el final, y asumir que en ese final puede encontrarse con cualquier sorpresa, tal es la potencia psicológica de esta impresionante obra.
Opera magna. Vicente Marco.Almuzara. Córdoba 2013. 272 páginas. 15 euros.(LA VERDAD, "ABABOL", 25/1/2014)