El Liceu se ha percatado de que los jóvenes prefieren otras músicas. Más vale tarde que nunca. Algunos no paramos de decirlo, no con ánimo de molestar o de poner el dedo en la llaga, sino para reflexionar sobre ello. Porque algunos pensamos, estamos convencidos de que no es porque la ópera o la música clásica no pueda resonar en el alma y en la mente de un chico o chica de 15 años, sino porque, en muchos casos, el producto se está vendiendo mal. Mal y caro.
Por eso el Liceu, a través de su director de marketing (¿ven lo que digo?) aboga por ofrecer entradas a mejor precio, más asequibles, destinadas a todos, pero buscando atraer al público joven.
Una vez más, leo esta noticia que me lleva a uno de mis leitmotiv: en el ámbito de la música clásica tenemos que conseguir comunicar con otros públicos y el primero de ellos, el más importante, es el público joven y adolescente… porque son nuestros alumnos. Para mí es incomprensible que alguien no ame la ópera y es la cuarta dimensión que alguien prefiera pagar una entrada para escuchar y ver a Justin Biber que a Cecilia Bartoli… pero esa es la realidad. Hay dos opciones: seguir dándose cabezazos contra las paredes o pensar. Si, al salir de clase, nuestros alumnos no se ponen a escuchar las últimas versiones de Bodas de Fígaro o de Carmen, y sí encienden el ordenador, se distraen con un espectacular videojuego o se comunican en las redes sociales… ¿por qué no aprender su lenguaje, no sólo el tecnológico sino el que mentalmente les lleva a esos gustos, para comunicar con ellos?
Sería preocupante que las generaciones que hoy tienen entre 10 y 30 años miraran hacia el pasado. Es normal que se interesen por lo que representa el presente y el futuro. Es natural que prefieran pagar 100 euros en un videojuego que en una entrada de ópera. Y somos nosotros, los que tenemos más de 30 años, los que tenemos que intentar comunicar con ellos.
Las entradas del Liceu serán más asequibles para todos, pero el director de marketing menciona y subraya su interés en los jóvenes. Eso es comunicar con ellos.