La doctora Maribel Lopera, nutricionista y colaboradora de smartsalus.com, advierte de que las grasas no deben eliminarse de forma total en cualquier régimen de adelgazamiento. Tanto las saturadas como las insaturadas tienen funciones beneficiosas para el buen estado general de la salud.
Dieta (Foto Smartsalus)
Son muchos los que, en estos días, están realizando dietas con el fin de adelgazar de cara al verano. En este contexto, se suelen eliminar de los menús diarios cualquier tipo de grasas. Sin embargo, tal y como advierte la doctora Maribel Lopera, nutricionista y colaboradora de smartsalus.com, las grasas no son malas. Es más, deben estar presentes en un 10 % del total de las calorías ingeridas al día, aunque sea una dieta baja en calorías para la operación biquini. Si bien es cierto que hay distinguir entre los tipos de grasas y las que hay que tomar en mayor o menor medida.
Las temidas grasas saturadas no deben suprimirse totalmente
Una de las grasas denostadas por muchos cuando se trata de hacer régimen son las saturadas. Existen algunas que si se ingieren en exceso, hacen aumentar el colesterol y los triglicéridos. Es el caso de las procedentes de la carne animal mamífera y de los hidratos de carbono o harinas. Este tipo son las que se suelen reducir en una dieta hipocalórica, pero no deben eliminarse de forma total. Tienen funciones plásticas muy importantes. Además, están relacionadas con el buen metabolismo del colágeno y por tanto, son beneficiosas para las articulaciones, tejido conectivo, cabello, piel y uñas… Por otro lado, tienen un efecto indirecto serotoninergico, es decir, ansiolítico y antidepresivo. Sin embargo, la doctora de smartsalus.com advierte de que si se comen en exceso y se hace poco ejercicio son realmente peligrosas para la salud sobre todo cardiovascular.
Pescado azul, frutos secos o legumbres, siempre presentes en la dieta
Por otro lado, las grasas insaturadas, son también a veces desdeñadas, o al menos, comidas con poca frecuencia cuando alguien se pone a adelgazar por su cuenta. Se encuentran en abundancia en los pescados azules ricos en omega 3, frutos secos, legumbres, aceite de girasol rico en omega 6 o en el aceite de oliva rico en omega 9. Son imprescindibles para mantener buenos niveles de vitaminas liposolubles como las vitaminas D, E, K y A. además, forman parte de muchísimas reacciones metabólicas que son importantes para la salud, como es el caso de los neurotransmisores, as hormonas (sobre todo las sexuales), el cerebro, la médula espinal, la piel o los huesos. “Si están muy reducidas en una dieta hipocalórica se logrará mayor pérdida de peso y volumen pero a costa de osteoporosis, pérdida de memoria y depresión, menopausia y andropausia precoz o pérdida de la menstruación, caída cabello, uña frágiles, perdida de agudeza visual, rigidez muscular e inflamación” alerta la doctora Lopera. Asimismo, añade que son importantes para el mantenimiento del buen estado inmunitario.
¿En qué frecuencia consumir las grasas cuando se hace un régimen?
La doctora de smartsalus.com pone el punto de atención en que en verano, las grasas son menos necesarias que en invierno. Las calorías de las grasas calientan el cuerpo cuando la temperatura exterior es muy baja. En verano, se necesitan menos calorías para calentar o mantener la temperatura interna corporal debido al calor exterior. Es decir, ya de por sí, se realizará una dieta más hidratante y vitamínica y baja en grasas saturadas e insaturadas pero no hay que eliminarlas. La frecuencia alimentaria de grasas en una dieta semanal sería la siguiente: pasta, arroz, pizza, de 1 a 2 veces a la semana preferentemente al mediodía; pan y cereales, solo por las mañanas, en el desayuno; pescado azul y marisco con una frecuencia casi diaria y frutos secos o frutas secas por las tardes, en las meriendas y acompañando platos cocinados o en ensaladas.
(Fuente: Smart Salus)