En medio de una medida excepcional para un momento crítico, fueron capturados 86 ciudadanos, entre ellos personas de nacionalidad colombiana vinculadas al contrabando de extracción de la moneda venezolana y a la imposición de tasas del dólar especulativo, esto mediante la “Operación Manos de Papel”, así lo informó ayer martes desde Caracas el vicepresidente ejecutivo de la República, Tareck El Aissami.
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El Aissami afirmó que el propósito de las distintas redes que operan en el país es afectar el sistema económico y provocar un impacto en la calidad de vida de las familias venezolanas, e informó que los cuerpos de seguridad y prevención venían realizando las investigaciones pertinentes desde hace meses.
Las cifras
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El día lunes se realizaron 125 órdenes de allanamiento y se están allanando otras 596 empresas en todo el país.
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Se incautaron 22 vehículos y propiedades que forman parte del aparato logístico de los operadores.
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Entre los capturados hay 31 personas que tienen vinculación directa con Carlos Eduardo Marrón, dueño de la página web Dolar Pro, detenido el pasado 12 de abril.
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Los cuerpos policiales y de inteligencia están tras la captura de 112 personas vinculadas directamente a las mafias financieras.
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Fueron bloqueadas 1 mil 133 cuentas bancarias de 19 bancos nacionales, el 90% de las cuentas eran de Banesco Banco Universal.
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En las cuentas se incautaron 3 billones de bolívares y la traza financiera arrojó un saldo que supera los 20 billones de bolívares en lo que va de año.
El vicepresidente ejecutivo precisó que se han visitado múltiples empresas, muchas de ellas de maletín, e informó que se ha incautado dinero en efectivo, divisas, entre estos dólares y pesos colombianos.
Actores transnacionales
La operación tuvo como actor central a Carlos Eduardo Marrón, quien es acusado por los delitos de difusión de información falsa de tipo cambiario, legitimación de capitales y asociación para delinquir. “Esta persona era responsable del marcaje y la imposición del dólar criminal para golpear y desestabilizar el sistema financiero venezolano”, indicó El Aissami.
Marrón es directivo de la productora de espectáculos Venelatin Productions establecida en Miami y con operaciones en EEUU, Colombia, Panamá y Perú. Esta firma está vinculada a la comercializadora de entradas Tuticket y tiene su sede en Coral Gables, sur de Florida, en EEUU, y se dedica a la venta de boletos para eventos y espectáculos.
Desde estas actividades económicas promovía la movilización de divisas extranjeras y su captación de manera especulativa.
Afirma
La Tabla que Marrón también es directivo de una compañía de Panamá creada en 2007 junto a Ramón Marrón Moreno y Raquel Azpúrua de Marrón, quien integra el comité editorial de la revista
Gentiuno. Dicho medio tiene como directivos a la periodista Eleonora Bruzual, Marianella Salazar y el escritor Alfredo Coronil Hartman, hijastro del expresidente Rómulo Betancourt. Esta red no sólo tenía un carácter económico-financiero sino que buscaba profundizar el impacto político de la devaluación inducida por redes empresariales escudadas tras portales web y medios.
Plataformas financieras irregulares
También cabe destacar el papel de Banesco Banco Universal en el
esquema de fraude cambiario que forma parte de la guerra multifactorial contra Venezuela. Se trata de una corporación de capital venezolano que funciona desde 2013 en Colombia pero que desde 2015 opera como el
mejor aliado de las mafias cambiarias de Cúcuta, a distintas escalas y dimensiones.
En cada país, cuyos ciudadanos emigran en cantidades importantes, las remesas forman parte importante de su Producto Interno Bruto (PIB) debido a que es una forma de captar divisas. Desde hace algunos años dicha captación es operada desde la banca que se queda con las divisas y funciona como casa de cambio al tener oficinas fuera de nuestras fronteras. Es así cómo el “éxodo” se ha convertido en negocio para ciertos operadores financieros mientras que la devaluación acelerada les permite captar más divisas en el mercado paralelo.
Por otro lado, desde las cuentas ahora bloqueadas se hacían transferencias a las personas que llevaban los billetes a la frontera y le cancelaban hasta el triple de su valor. Por ello el Gobierno busca profundizar las investigaciones relacionadas a las entidades bancarias que prestan su plataforma tecnológica para utilizar el crimen financiero como táctica política y afectar la soberanía económica.
Muchas personas atraviesan la frontera con billetes venezolanos hacia Colombia para cambiar bolívares y recibir mayor cantidad de dinero, los requisitos son tener efectivo y una cuenta bancaria en Venezuela, preferencialmente de Banesco Banco Universal para que se haga efectivo el mismo día.
Colombia: el frente geopolítico de la guerra económica contra Venezuela
El gobierno colombiano ha dejado que las estructuras criminales que forman parte habitual de su economía controlen el negocio cambiario en la frontera, por ello El Aissami denunció al presidente colombiano Juan Manuel Santos por amparar desde Cúcuta y Maicao a las mafias que ejecutan el boicot a la moneda venezolana.
Dice el
investigador Oscar Javier Forero que actividades delictivas como el narcotráfico, que dinamizan el PIB colombiano, han conformado un mercado financiero informal alterno a la banca, que funciona como ésta pero que no está regulado ni supervisado. Se trata de las casas cambiarias.
El contrabando de efectivo busca efectuar la legitimación de capitales e inyectar grandes cantidades de bolívares al mercado fronterizo para devaluar continuamente el bolívar, así se garantizan las descomunales tasas de ganancia producto del contrabando.
Al haber poca oferta de pesos, el valor de éste se mantiene estable y se estimula la extracción de productos venezolanos (incluyendo el papel venezolano) y, con ella, el desabastecimiento y la escasez.
Agrega Forero que se desconoce el valor total del dinero que circula por el eje fronterizo San Antonio-Ureña-Cúcuta, en 2015 el Congreso de Colombia anunciaba que se encontraba por el orden de los 7 mil millones de dólares anuales.
La actuación de la élite colombiana contra Venezuela es parte de un plan global en el que el narcotráfico genera grandes cantidades de dinero para lubricar su economía, pero sobre todo la de EEUU y Europa. En la frontera colombo-venezolana se hace evidente la vinculación entre la economía del narcotráfico, el paramilitarismo y el resto de economías paralelas en el país vecino como mecanismo de guerra financiera para vulnerar la soberanía de Venezuela, acorde a los objetivos geopolíticos de Estados Unidos. Allí el poderoso banco privado Banesco funge como un intermediario fiel y tecnológicamente capaz para garantizar el desenvolvimiento de estos flujos irregulares y paralelos que inducen la devaluación brutal de la moneda.
Es imprescindible para la corporatocracia global emprender formas no convencionales de guerra económica para controlar las riquezas venezolanas y la posición geoestratégica de Venezuela financiando la criminalidad económica del lado colombiano. Para intentar neutralizar esa arremetida se realizó esta operación, que ha sido catalogada por el Gobierno como “una de las más grandes de la historia de Venezuela”
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