Hola un saludo especial para ti! Pues bien, estarás pensado que te equivocaste de blog! jeje pues no es así. Hoy publicare un artículo de análisis redactado por mi hermana (estudiante de comunicación) que ademas de escribir bien, esta guapa.
Por: @Lizmosvel
La persona que difunda rumores o información falsa sobre un hecho que puede causar conmoción nacional puede ser sancionada con el Código Integral Penal (COIP), vigente desde el 10 de agosto.
El artículo 307 que tipifica el delito de “pánico económico”, contempla una pena de entre cinco a siete años de cárcel a quienes expresen informaciones que las autoridades estatales juzguen como ”falsas”. Y que estas a su vez, atenten contra una serie de conceptos totalmente subjetivos. Este delito configura una desigualdad en la libertad de expresión, permitiendo a las autoridades silenciar a las personas que comenten temas económicos no apropiados para la situación del país.
Dicho artículo expone los siguiente: Artículo 307.- Pánico económico.- La persona que publique, difunda o divulgue noticias falsas que causen daño a la economía nacional para alterar los precios de bienes o servicios con el fin de beneficiar a un sector, mercado o producto específico, será sancionada con pena privativa de libertad de cinco a siete años.
En primera instancia es preciso hacer énfasis al comienzo del artículo, en donde se expone que al publicar, difundir y divulgar se incurrirá en este delito. Esto quiere decir, que cualquier persona, no solo periodistas, sino también cibernautas o twitteros, que expresen o incluso compartan o den un retweet a alguna noticia o afirmación negativa en el ámbito económico, será directamente penalizada.
Así mismo, también limita directamente a los medios de comunicación que regidos por esto, ya no podrán reproducir información proveniente de otros medios extranjeros, por el temor de ser imputados. Generando que la libertad de expresión en Ecuador alcance su máximo punto de crisis hasta el momento. Por otro lado, con esta determinación a los jueces se les hará muy complejo demostrar cómo algún cambio o alteración en los precios se encuentra exactamente direccionada con la expresión de una persona que publicó algo en algún medio o red social.
Según Aparicio Caicedo, director de la cámara de comercio de Guayaquil, los precios se forman por una multiplicidad de factores, como la demanda, oferta, clima, regulaciones, etc. Que escapa al control de una sola persona o grupo determinado.
Caicedo también enfatizó en que el “delito” de pánico económico atenta contra la libertad de expresión, el sentido común y las normas de corduras básicas. Dejando claro, que es un arma jurídica para el gobierno, porque es muy discrecional su interpretación.
Sin embargo, funcionarios como el gerente de la Unión de Cooperativas de Ahorro y créito del Sur (Ucacsur), Juan Pablo Guerra, consideran que esta es una medida que debería ser apoyada por todos quienes son parte del sistema financiero, puesto que lo que se busca es garantizar el trabajo honesto que cumplen las instituciones y sancionar la mala fe de algunas personas que buscan hacer daño.
Dicha afirmación, la hace con respecto a que en el pasado se sembraron dudas infundadas sobre la solvencia de un banco que provocó una corrida bancaria que terminó actuando como profecía auto cumplida. Dejando a la entidad y al sistema financiero al borde de la quiebra.
Como antecedente, la SBS sancionó en noviembre de 2012 a los gerentes de cuatro bancos por enviar a sus clientes correos electrónicos y cartas que “causaron nerviosismo entre los ahorristas”. Los multó entonces, por una cifra total de 63 mil dólares. Dichas sanciones se han aplicado en los distintos países de la región. Un ejemplo claro, aquí en Colombia el pánico financiero está tipificado como delito penal desde 1990.
No obstante, hay que tener en cuenta la situación actual de Ecuador. Por un lado, el crecimiento del gasto, déficit y endeudamiento públicos. Ahora sumados a un nuevo Código Monetario y Financiero, que al parecer contempla una moneda nacional. Ha generado interrogantes acerca del futuro de la dolarización en el país.
Estos hechos hacen parte una coyuntura muy importante que se está desarrollando y que se hace indispensable el ser informada, analizada y discutida entre los medios de comunicación, de la mano de especialistas que puedan aportar una información certera y veraz. Finalmente los periodistas ecuatorianos se encuentran en una especia de limbo en su oficio. Así lo expresa Martin Pallares, periodista de El Comercio de Quito. “Estamos desconcertados y temerosos. Lo más obvio es callar, pero aún no tenemos una estrategia”.
Fuentes: Aparicio Caicedo, Caicedo. Director de la Cámara de Comercio de Guayaquil.
Martín Pallares, periodista del diario El Comercio de Quito.
Fuente imagen: socialmediadelivered.com
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