[Opinión] Bates Motel, una madre y un hijo hechos el uno para el otro

Publicado el 19 marzo 2013 por Despiram @FrikArteWeb

Tengo que confesar que, cuando oí hablar por primera vez del proyecto de Bates Motel me quedé entre horrorizada (“¿cómo se atreven a hacer una precuela de Psicosis?”) e indiferente (“otro proyecto oportunista nacido de la falta de ideas originales”). Sin embargo, a lo largo del proceso de creación y promoción, un factor bastó para cambiar mi opinión y alimentar mi curiosidad: los dos actores protagonistas. Los nombres de Vera Farmiga (Up in the Air) y Freddie Highmore (Charlie y la fábrica de chocolateDescubriendo Nunca Jamás) eran motivo suficiente para que esperase algo bueno de este proyecto, y han cumplido.

Lo cierto es que los nombres detrás del proyecto (Carlton Cuse, Perdidos o Kerry EhrinFriday Night Lights) también alimentaban el interés, y eso se ha traducido en unos decentes datos en su estreno. Bates Motel ha superado en demográficos al resto de estrenos de la historia de la cadena A&E, lo cual es normal dada la expectación generada alrededor del proyecto y la publicidad hecha por la cadena, lo que habrá que ver es cómo evolucionan la audiencia y las críticas a lo largo de los 10 episodios que tendrá la primera temporada.

La trama de Bates Motel arranca con la muerte del padre de Norman, tras la cual su madre decide que se muden, compren una casa y un motel en un pequeño pueblo, y empiecen de nuevo. Pero, al parecer, no es la primera vez, y los secretos en torno a la familia abundan. Como ya anunciaron, no es una precuela exacta de Psicosis, sino que se inspira en los personajes de la película para crear los de la serie. De todas formas, es de suponer que, a grandes rasgos, la ficción avanzará en la dirección del clásico de Hitchcock, y esto genera un interés añadido, un cierto morbo en observar la evolución de la enfermiza relación entre una madre más que sobreprotectora y un hijo que acabará convertido en psicópata.

Y si Highmore está bastante bien como el adolescente Norman Bates, Farmiga consigue erigirse como la protagonista absoluta de la ficción, eclipsando al resto de actores como una Norma Bates (sí, se llaman Norma y Norman) hipercontroladora y llena de secretos que resulta perfectamente efectiva y de la que dan ganas de saber más cosas. Entre el reparto encontramos otros nombres conocidos por los seriéfilos, como los de Nestor Carbonell (Perdidos) o Mike Vogel (Pan Am), pero quedan, al menos de momento, muy ensombrecidos por los dos protagonistas.

A nivel de trama, puede que el capítulo esté demasiado cargado de información y que todo suceda muy deprisa, pero es un problema sufrido por muchos pilotos que, intentando aportar toda la información necesaria, se sobrecargan. A cambio, el capítulo tiene buen ritmo y establece la atmósfera oscura y asfixiante que domina tanto la relación familiar como la vida en el pueblo. El aspecto visual es lo más confuso, ya que la serie transcurre en la actualidad, pero en el motel y todo lo relativo a la familia, la ambientación se corresponde más a los años 60, como la película. Esta división se traduce también, de momento, en una desigualdad de interés: todo lo relacionado con Norman y su madre resulta más interesante que el resto de tramas, especialmente las del adolescente con sus nuevos amigos y en el instituto.

Para garantizar una cierta continuidad entre los capítulos parecen estar ciertos puntos de misterio (la muerte del padre, la existencia de un hermano apartado, la libreta con dibujos macabros, la persona encerrada y torturada…) que parecen más propios de la segunda temporada de Mujeres Desesperadas que de una precuela de Psicosis. Habrá que esperar a ver cómo entran en relación y se desarrollan todas las tramas y cómo se articula la continuidad de la serie, especialmente en el caso de que llegue a tener más de una temporada y quiera mantener el interés, en principio el mayor reto al que se enfrenta Bates Motel.