Qué vergüenza Chris Evans:
Con la buena carrera como modelo que podías haber tenido, ¿por qué te tuviste que meter a la interpretación?, ¿por qué? ¿No comprendes que para alguien como tú es siempre mejor un trabajo en el que puedas ganar dinero teniendo la boca cerrada que abrirla y hacer sufrir a millones de personas a lo largo y ancho del planeta?
He ahí el problema, querido Chris. Que parece que para ser actor no hay que pasar más examen que el de estar tó bueno, porque si no, a ver quién me explica a mí lo tuyo. A mí, sinceramente, y físicamente, no me gustas. No eres mi tipo, y de hecho me pareces bastante feúcho, pero oye, que hay gustos pa todo, yo no me meto ni critico a las niñas, o a los niños, que estén locos por ti. Por lo tanto: acepto que puedan encontrarte atractivo. Pero… ¡¡¡buen actor!!!!
A los que vengo a insultar a boca llena es a todos aquellos que sean capaz de darme argumentos a favor de que tú, Chris Evans, eres un actor con valía. Porque no lo eres, ya te lo digo yo, por si te quedaba alguna duda. Consejo que yo te doy: no pierdas tus pectorales porque el día que ellos desaparezcan tu cara también desaparecerá de los nuevos proyectos de Hollywood.
Y dirás, Chris, “ni que fuera yo el primero que ha llegado hasta aquí solo por tener unos abdominales que se podían frotar en ellos todas las bragas de Concha Velasco hasta volver a dejarlas blancas y relucientes”. No, no lo eres, ahí te doy la razón. Está claro que Hollywood entiende a la perfección que colocar como cabeza de cartel a un tío cachas atrajo, primero, a hombres a las salas de cine, y no necesariamente maricones sino todo lo contrario: mi propio padre, heterosexual practicante, me inculcó a mí desde bien pequeñita el amor por Arnold Chuachenager (que por mucho que lo ame soy incapaz de escribir su apellido); y mujeres después. De hecho, hay ciertas películas que solo se salvan porque por lo menos ves un poco de carnaza del musculitos de turno, y para muestra, tu laureada filmografía.
Hay que ser muy del centro de Massachusetts, pero del centro profundo, para dejarse convencer de que tú valías como actor y comprender, así, que debutar en un titulazo como No es otra estúpida comedia americana era una gran oportunidad. Y encima te tengo que dar la razón y decirte que tan mal no te ha ido, porque al fin y al cabo supongo que, aunque ahora mismo no volvieras a hacer ninguna película porque por fin el gran público ha comprendido que eres un actor pésimo y de registros bastante limitaditos, que en vez de parecer que estás interpretando a un personaje da la sensación que te estás riendo de él mientras te aguantas un pedo, te podrías retirar con unos buenos billes y tener una vida digna como adicto al gimnasio o lo que quiera que seas en tu tiempo libre.
De todas formas, si te hubieras quedado simplemente en actor cómico, siempre entre muchas comillas eso de cómico porque yo, que te he visto en tus papeles de risas, tengo que decir que no tienes ni puta gracia, a lo mejor nos habrías ahorrado muchos disgustos, porque te habrías caído por tu propio peso, y a otra cosa, mariposa. Pero alguien tuvo la brillante idea de pensar que tú dabas el perfil de superhéroe y que quién mejor que tú para interpretar a la Antorcha Humana. Pues desde aquí le digo “olé” al que vio en ti el Fantástico que llevabas dentro y que supo hacer no una sino dos películas a la altura de sus protagonistas, es decir, basura pura.
Solo quiero añadir que gracias a tu interpretación en Los 4 Fantásticos te dieron el premio “Superestrella Masculina del Mañana”. ¿Qué mierda es esa, Chris Evans? Aunque oye, tan desencaminado no iba el galardón, porque si algún día vas a llegar, por fin, a ser una superestrella, está claro que hoy no es ese día, si acaso, será mañana.
De todas formas no todo van a ser fracasos en tu carrera. Tengo que decir públicamente que sí ha habido una interpretación tuya que me ha gustado, un papel que te venía al pelo porque consistía en resultar ridículo sin pretenderlo, que creo que es exactamente lo que mejor se te da a ti. Me refiero a tu pequeña pero maravillosa aparición en la película Scott Pilgrim vs. the World, donde te dieron el papel del exnovio musculitos de Ramona y oye, me paro a comentarlo porque creo que nunca más se volverá a dar la casualidad de que te encontremos haciendo el papel que de verdad te mereces: actor secundario bobo.
Me despido ya, querido Chris, no sin antes desearte que ojalá al final de toda la saga de Los Vengadores que se están montando mueras, pero no solo que muera tu personaje, sino que mueran también tu fama y tu popularidad. Un saludo:
@perradesatan