Vivir al final de la calle 118 no es fácil.
La madre de Valeria y Raven las abandonó hace años sin dar explicaciones y ambas han tenido que aprender a ganarse la vida. Mientras Valeria tiene un insignificante trabajo como modelo, su hermana patea la ciudad en busca de hombres a los que seducir para pagar el alquiler a cambio de sus servicios. Valeria pensaba que todo seguiría así para siempre… hasta que escucha la música de aquel chico al final de la calle, junto a su casa, y sus miradas se cruzan.
Desde ese momento, una serie de curiosas coincidencias llevará a los personajes de esta novela a cambiar sus vidas como nunca se hubieran imaginado.
Al final de la calle 118 es uno de esos libros que me leo sin tener ni idea de lo que me voy a encontrar. Bueno, en este caso, no conocía qué tipo de historia iba a leer, pero en realidad sí sabía algunas cosas:
1) Que me lo había recomendado muchísimo una persona de cuyo criterio literario me fío mucho. 2) Que su principal argumento para estar convencido de que me iba a gustar era que es un libro DE PERSONAJES. 3) Que Clara Cortés es una persona tremendamente creativa y con un talento increíble.
Con estas tres premisas, cogí el libro con las expectativas por las nubes, claro. Y eso siempre conlleva un cierto peligro.
La protagonista de Al final de la calle 118 es Valeria, una chica de diecisiete años que convive como puede con su hermana Raven en un motel. Cuando todavía eran pequeñas, su madre las abandonó, dejándolas en la calle, sin dinero y sin ningún tipo de futuro por delante. Desde entonces, Raven se gana la vida como prostituta y Valeria ha comenzado a trabajar de modelo para diferentes campañas publicitarias. Como podéis imaginar, la vida de estas dos chicas es muy dura, cosa que se agrava bastante por el hecho de que son tan diferentes que no pueden evitar odiarse la una a la otra.
La vida de Valeria empieza a cambiar un día que por casualidad conoce a un chico que toca la guitarra para los niños que viven en el orfanato de la calle 118. Las casualidades y el apoyo incondicional de Simon, conseguirán que Valeria comience a abrirse muy poquito a poco, mientras ve que la vida puede continuar incluso para ellas, incluso cuando las cosas parece que no pueden ir a peor.
Quizá la trama de Al final de la calle 118 no es muy original, ni demasiado compleja, pero es que la mayor parte del peso narrativo recae sobre los personajes y eso lo compensa. Son ellos los que llevan la trama sobre los hombros, los que la manejan y no al revés. Y eso me encanta. Para mí lo importante ha sido presenciar la evolución de los personajes, sobre todo de Valeria, claro, pero también de los demás: poder conocerlos, escuchar su pasado para entender su presente y cómo todo ello ha influido a la hora de forjar su carácter y su manera de afrontar los sucesos de su vida. Todos son personajes que están muy bien construidos, creíbles y con su propia historia detrás.
El final me dejó hecha pedazos y a la vez hizo que la valoración final del libro subiera hasta alcanzar las cinco estrellas. No me lo esperaba, pero aunque sea muy duro le otorga a la historia un significado mucho más grande, más profundo si cabe. Me va a costar superarlo, ya tardé un buen rato en reaccionar después de acabar de leer, pero por suerte todavía hay una oportunidad más de reencontrarnos con sus personajes en el último libro publicado por Clara: Pájaro azul. Está claro que lo leeré en cuanto pueda.
Al final de la calle 118 ha sido una lectura que me ha gustado mucho, que me ha hecho sufrir y emocionarme. Un libro muy duro, pero tierno a la vez, con unos personajes que se clavan dentro y que se niegan a irse aun después de haber cerrado el libro por última vez. Me ha encantado descubrir por fin el modo de escribir de Clara y estoy deseando ver también cómo esto ha evolucionado en sus siguientes publicaciones, ya que si no me equivoco esta era su primera novela y ya dejó el listón bastante alto.
—Opinión de Inés Díaz Arriero—