Atada, amordazada y sentada en un charco de su propia sangre. Nadie sabe que Brooklyn Stevens está atrapada en ese frío y húmedo sótano. Nadie puede oír sus gritos.
Unas chicas del instituto (Riley, Grace y Alexis) dicen que quieren salvarla. Creen que está poseída. Y acaban de incorporar a su grupo a Sofia Flores.
Sofía sabe que no debería haberse involucrado, pero no ve salida posible. No puede enfrentarse a las otras chicas... a menos que quiera ser la siguiente. ¿Quién sobrevivirá hasta el sorprendente final?
Sofia acaba de llegar nueva al instituto y se encuentra ante la dura tarea de encajar en algún grupo para poder hacer amigas. Por un lado se encuentra Brooklyn, una chica peculiar, con estilo propio y muy poco preocupada por lo que los demás puedan pensar de ella. En el extremo opuesto está la pandilla de Riley: las populares, las guapas, las estilosas, a las que todo el mundo envidia y que, por cierto, son muy religiosas.
Os suena ese comienzo ¿verdad? Típica novela juvenil de instituto llena de clichés. ¡Pues no! Siento decepcionaros.
Porque de repente la trama da un giro brusco, que más que un giro podría decirse que es un torbellino que lo absorbe todo y lo convierte en oscuridad. Las chicas se ven envueltas en un exorcismo para, supuestamente, salvar el alma de Brooklyn y la historia se vuelve tétrica, escalofriante, cargada de tensión, de sangre, de secretos inconfesables y de sucesos inexplicables. ¿Quién miente? ¿Quién dice la verdad? ¿Quién ha perdido la cabeza? ¡¿Qué narices está pasando?!
Sofia, la protagonista, se encontrará entre la espada y la pared. No está de acuerdo con lo que le están haciendo a Brooklyn, pero tampoco puede enfrentarse a Riley y las demás o se arriesgará a ser su siguiente víctima.
Además, durante la terrorífica noche en la que tiene lugar el exorcismo, iremos conociendo un poco más a Sofia y nos enteraremos de cosas de su pasado que nos había estado ocultando durante todas las páginas anteriores. En realidad, todos los personajes ocultan cosas y Danielle Vega lo aprovecha para jugar continuamente con el lector, que no sabe ya de quién puede fiarse. Esto añade intriga al libro y hace que la lectura sea todavía más intensa.
En general, Crueles me ha gustado bastante. Sí que es cierto que no tiene una trama superprofunda, pero me tuvo enganchada desde el principio hasta el final (me lo leí en dos tardes) y aunque no sentí ese miedo que te hace estar todo el rato mirando alrededor por si acaso, sí que me mantuvo angustiada todo el rato e incluso en ocasiones lo pasé realmente mal. De hecho, las dos personas que estaban conmigo me comentaron después las caras tan graciosas/raras que ponía mientras lo estaba leyendo. Me atrapó completamente entre sus páginas como si fuera una más del grupo, haciendo que sintiera la misma tensión y angustia que Sofia, que nos va narrando la historia en primera persona y en presente.
Hasta que no entré en Goodreads, no sabía que Crueles es la primera parte de lo que parece ser una trilogía. Pero a efectos prácticos no importa, pues el final, aunque sí que es cierto que deja la puerta abierta a una continuación (que quiero leer), también se puede tomar como una historia individual con un final ligeramente abierto. Un final que yo no me esperaba PARA NADA y que me dejó con la boca abierta.
Crueles ha sido una lectura muy entretenida, adictiva y escalofriante, especialmente dirigida a un público joven amante del terror sin censura.
Y, por cierto, los derechos para hacer la adaptación al cine ya están comprados. Habrá que esperar a ver cómo lo hacen y si la estrenan en España. Aunque yo no sé si podré soportarla en pantalla, porque con las películas de miedo soy mucho más sensible que con los libros…
—Inés Díaz Arriero—