Opinión de El hombre inexistente de David Amitín

Por Miss_cultura @miss_cultura
19 feb. 2017
El montaje se sitúa en una ciudad de provincia en la que habita un profesor de griego llamado Platón, el cual enseña en un instituto secundario de la localidad desde hace años. Se trata de un hombre muy peculiar cuya rigidez moral llena de pánico a sus convecinos. Pero un día llega Archibaldo, otro académico que se incorpora al elenco del centro de enseñanza. Y junto a él aparece su hermana Fedora, una muchacha que parece quedar impresionada por la personalidad del protagonista. El resto de personajes se dan cuenta del hecho y deciden poner en marcha un plan para casarlos y liberar así a Platón de su malhumorado temperamento.

Hace mucho tiempo, que no me adentraba en el mundo de Chejov, la última vez que le vi una adaptación de él, fue "La gaviota" de la que recuerdo que me dejó con la boca abierta, pero que apenas entendí nada, quizás fue porque estaba en 1º de bachillerato y mi mente no estaba tan fortalecida como ahora, o quizás el motivo, se debía a que no estaba preparada para enfrentarme a este autor encima de un escenario.
Los sietes protagonistas de el hombre inexistente, están fantásticos, ninguno hace sombra a otro, porque cuando acaba la obra, te das cuenta de que son personajes opuestos los siete, por lo que se complementan unos a otros. Cada actor y actriz está lleno de matices, de alguna peculiaridad que les hace únicos y llama mucho la atención, porque pueden llegar a ser imprevisibles, divertidos, groseros...etc
Aunque tengo que decir, que esta obra está llena de momentos maravillosos, algunos de los cuales te harán reflexionar, otros te harán reír, y otros te sorprenderán, cuando se cierre el telón, te darás cuenta, de que no es una de esas obras de teatro de la que te olvidas nada más salir por la puerta, sino que te acompañará por un rato más.
Chejov, estaría maravillado de como se dan forma la "acción indirecta" y el monologo, así como la insistencia que se tiene en "el hombre inexistente" en cuidar los detalles pequeños de la caracterización tal y como Chejov,quería que se hiciese. A su vez, estaría entusiasmado por como el espectador, se da cuenta de lo que se deja sin decir o lo que se calla, es más importante que lo que se dice en voz alta. Maravilla