El prestigioso guardaespaldas Michael Bryce (Ryan Reynolds) recibe un nuevo cliente: un asesino a sueldo, Darius Kincaid (Samuel L. Jackson), que debe testificar en un juicio en La Haya contra un cruel dictador (Gary Oldman).
- ESTRENO MAÑANA-
Necesitaba una película con este tipo de humor, con una pareja de actores con tanta química que tan solo les vieses me riese a carcajada limpia, con una historia tan incongruente como adictiva y con algún toque oculto o cosa que el espectador desconociese, para que todo no fuese comer y cantar. También, rezaba para que esta película no fuese un despropósito enorme, ya que la protagonizan dos de mis actores favoritos, pero parece que el cielo, los guionistas, el director y demás personas encargadas de que esto no suceda, me escucharon de algún modo.
Es destornillante, aunque no hablen entre Ryan Reynolds y Samuel L. Jackson, solo verle poner cara de loco a Samuel y de desquiciado a Ryan, ya te estás partiendo de risa. Además nada más sentarte para ver la película, piensas que todo va a girar en torno a alguien diferente de lo que luego veremos cuando conozcamos de verdad al guardaespaldas, Michael Bryce. En muchas otras producciones veremos que aunque sea comedia, los actores se eclipsan unos a otros, en cambio en el otro guardaespaldas, los dos protagonistas se complementan a la perfección, es más, creo que si no se hubiesen elegido a estos dos actores, no sería tan graciosa la historia, porque no les ves forzados ni tampoco les ves incómodos, por lo que al espectador le entra muy bien esta película. Aunque sea una loca comedia, tiene una parte oscura, una parte triste, que aunque queda relevada a un segundo plano, es esencial para que todo se sostenga pero ¿Quién es el malo? Mi querido Gary Oldman, aunque para mi pena, aunque sea importante para que la historia avance, en esta película, hace de secundario, pero no me importa, porque cada vez que aparece en escena, su actuación es impecable. Pero hablando de secundarios, aparece menos que el anteriormente nombrado pero nuestra querida Salma Hayek, tampoco se queda atrás del señor Oldman, los dos están locos a su manera.
El otro guardaespaldas, es una movie road trip, en donde nunca sabes si llegarán a buen puerto los dos protagonistas, pero lo que a ciencia exacta conoces es que te van a hacer pasar un rato loco. Dura una hora y cuarenta y cinco minutos aproximadamente, aunque la dejaría en una hora y veinte, puedo decir que me lo he pasado bomba, que me he divertido y que ver a Ryan Reynolds y Samuel L. Jackson, juntos, ha sido como un soplo de aire fresco, porque ya os digo, que juntos funcionan a las mil maravillas, por eso la película funciona, por separado....mejor no hagamos la prueba.