Cuando me puse a ver esta serie por primera vez, después de escuchar muchísimos halagos sobre ella, no terminó de convencerme. De hecho, vi el primer capítulo y ahí quedó, olvidada hasta hace unas semanas.
El caso es que me puse a verla de nuevo, comenzando por el primer capítulo. La historia se desarrolla en un pueblo alemán llamado Winden; un pueblo tranquilo, en el que nunca pasa nada extraño, hasta que un joven desaparece sin dejar rastro. Según avanza la serie descubrimos que el idílico pueblo oculta multitud de secretos. Escribir una opinión sobre ella sin destripar al menos parte de la trama es bastante complicado, así que avisados quedáis: podéis toparos con spoilers si seguís leyendo (si bien intentaré que sean los menos posibles).
Vamos a ello. Aunque desde los primeros capítulos ya queda patente la importancia de uno de los personajes, Jonas Kahnwald, las tramas revolotean continuamente entre cuatro familias: los Kahnwald, los Nielsen, los Tiedemann y los Doppler.
La primera temporada se centra en la investigación de las desapariciones (y apariciones) de niños en el pueblo, así como en asentar el concepto de la serie.
En la segunda temporada, que comienza con un Jonas atrapado, se siguen viendo cómo fueron desarrollándose los acontecimientos que pueden conducir finalmente a un apocalipsis, mientras nos deja con la duda de quiénes son buenos y quiénes son malos, ya que en la guerra entre "la luz y la oscuridad", todos proclaman ser del bando de la luz.
Por fin, en la tercera y última temporada terminan de unirse todas las piezas, y por fin se entiende todo el entramado que se ha desarrollado durante las temporadas anteriores y esta misma.
Mención especial merecen los dos últimos capítulos, que es poco probable que desagraden a ningún fan de esta serie. Un cierre que no desmerece en absoluto (quizá solo por la brevedad del mismo) pone la guinda a la historia.
Pero ¿de qué va exactamente Dark? En los primeros capítulos se descubre que todo gira en torno a los viajes en el tiempo, y cómo el futuro influye en el pasado. La implicación de las cuatro familias queda totalmente clara en el penúltimo capítulo de la serie, donde por fin descubrimos los orígenes que aún nos faltaban por saber (¡y nos estalla la cabeza!). Quizá uno de los mayores problemas de la serie es recordar los nombres y apellidos alemanes de los personajes, imprescindible para entender lo que ocurre, con la dificultad añadida del apellido del marido (o de la mujer) que adoptan los personajes al casarse.
De cualquier modo, es una serie que he disfrutado mucho, y que en mi opinión está muy bien hilada; algo nada fácil con el tema que trata. Un punto muy positivo es la continua duda de quién es bueno y quién malo, llevado de forma magistral tanto durante cada temporada como en el conjunto global de la historia.
Tampoco podría decir que sea una serie que le guste a todo el mundo. El estilo Twin Peaks pulula por toda ella, con personajes estrambóticos y secretos detrás de cada piedra. Lo que sí puedo decir es que, si queréis darle una oportunidad, al menos ved tres o cuatro capítulos.