Opinión de maría milagros de carlos martín- peñasco

Por Miss_cultura @miss_cultura
María Milagros es el nombre con el que fue bautizada Miluka. El primer papel que Miluka interpretó, a la edad de tres años, fue el de la Virgen María. 40 años después, ella decide cambiar su nombre en el Registro Civil. Ya no se llamará María Milagros, se llamará simplemente Miluka. Esta es la historia de un viaje entre dos nombres.

Miluka Suriñach y Carlos Martín - Peñasco son los dramaturgos de María Milagros (La historia de un viaje entre dos nombres), y Carlos dirige esta obra de teatro que te dejará sin palabras.

Es una obra en la que las etiquetas sobran, en la que intentar meterla en algún genero teatral no tiene sentido, ya que engloba todos y cada uno de ellos.

Terminé de ver la obra y todavía tengo la cabeza en ese escenario, en esas palabras que Miluka Suriñach lanza como proyectiles, en ese vestuario tan impactante, que junto a la escenografía hacen un tandem perfecto...

María Milagros (La historia de un viaje entre dos nombres) me desconcertó, ya que fui sin leer la sinopsis y sin saber nada de esta producción, solo había visto el cartel y pensé, ¡Qué cartel tan impactante, llamativo y tan valiente! Ya que estoy segura, que alguno/a se ha topado con él y se ha llevado las manos a la cabeza. Por eso digo, que vayan a ver la obra y luego que hablen.

Esta producción es una montaña rusa emocional. El formato que tiene María Milagros (La historia de un viaje entre dos nombres) es muy íntimo, es un tête à tête entre Miluka y el espectador.

Me ha fascinado la naturalidad de Miluka, la forma en la que hace el recorrido por varios personajes, haciéndolos suyos de una manera espectacular. Esta actriz es un camaleón escénico y lleva toda la obra, como a otro nivel.

No me esperaba que existiese una conexión tan especial entre los personajes y los textos. Creo que ha habido momentos en los que me emocioné mucho, porque la dramaturgia es muy valiente y está plagada de palabras que se clavan como puñales o de instantes que te dejan sin habla.

Adoro esas obras en las que te ríes y piensas ¿Por qué me estoy riendo? Ya que el texto es muy crudo, muy duro, muy directo...

Me encanta reflexionar, salir de esa obra de teatro y seguir dándole vueltas. en María Milagros (La historia de un viaje entre dos nombres) no hay metáforas, hay unas palabras que salen disparadas y las vas asimilando. En esta obra hay momentos en los que me gustaría haber parado la obra y capturar ese momento con la retina, pero la forma en la que está plasmado o la forma en la que Miluka cuenta las cosas.

Miluka Suriñach desprende una energía especial y hacía mucho tiempo que no me encontraba ante una actriz que tan solo mirarte en silencio, te dice muchas cosas, pero cuando habla como que lo dice no cae en saco roto, se lo transmite al espectador.

Hace siglos que no veía como la escenografía, vestuario y texto se complementaban a la perfección, como que forman el tandem perfecto.

Siento que me repito como el ajo, pero cuando hay una obra que me gusta tanto o me impacta, me salen mil palabras atropelladas y siento que me dejo muchas cosas en el tintero.

María Milagros (La historia de un viaje entre dos nombres) es un viaje entre dos nombres, es un road trip visceral e inolvidable.