Jessica y Natalie son mejores amigas. Juntas han pasado momentos divertidísimos e inolvidables, y eso nadie lo puede cambiar. Ni la llegada al colegio de una niña nueva, Amelia. Pero, al final, esto lo cambia todo. Amelia es mezquina y Natalie y ella se empiezan a comportar como si Jessica no existiera. Pero Jess tiene un arma secreta, y sus dibujos pueden ser más poderosos que el resto de cosas, incluido que la dejen de lado.
Jessica tiene once años y una mejor amiga... O, por lo menos, la tenía, antes de que Amelia, la niña recién llegada al colegio, se interpusiera entre las dos.
Porque Amelia es la típica niña arrogante que, además, quiere ser mayor antes de tiempo y desprecia a todas las que no comparten sus intereses. A ella le gusta la moda, tomar helados en la hamburguesería del centro comercial, organizar clubs secretos y reírse de las niñas que considera demasiado infantiles para estar a su altura. Natalie enseguida se verá abducida por el resplandor de estas nuevas actividades, aunque Jessica, que lleva siendo su mejor amiga desde siempre, no tenga cabida en ellas.
Jess, nuestra protagonista, es la antítesis de Amelia. Es inocente, ingenua y tan buena, que cuando quiere ser mala le sale fatal a la pobre.
Y es que en un primer momento, la reacción de Jessica ante el distanciamiento de su mejor amiga es pagarles con la misma moneda: si la excluyen, ella las ignora; si le gastan una broma, ella se la devuelve... Pero, poco a poco, Jess se empieza a plantear si realmente lo que está haciendo sirve para algo o si tal vez debería emplear su energía y su tiempo en otras cosas más productivas. Y es aquí cuando nuestra protagonista descubre que hay vida más allá de su círculo de confort: existen más personas agradables de las que puede hacerse amiga, existen actividades divertidas que nunca se había planteado que pudieran gustarle... Y, sobre todo, ahí está su capacidad artística, que no solo le hace disfrutar, sino que también le sirve para desahogarse, para expresar lo que siente y para sentirse realizada y orgullosa de sí misma.
El resto del elenco de personajes, tanto del colegio como del entorno familiar de Jessica, son igual de carismáticos que la protagonista. Me gustaría poder hablar de todos ellos, pero me quedaría una reseña enorme, así que casi mejor que los conozcáis vosotros cuando vayáis leyendo la novela. Todos tienen personalidad propia, con sus excentricidades y sus rasgos característicos que los hace ser imperfectos, creíbles y únicos.
El estilo de escritura de Catherine Wilkins es muy fresco, desenfadado, sencillo y directo. No obstante, es la propia Jessica la que narra su historia, así que el lenguaje y el modo de expresarse se adaptan perfectamente al uso natural de una niña de su edad.
Mi mejor amiga y otras enemigas ha sido una lectura entretenida y ligera, con una protagonista carismática que nos cuenta, de un modo muy ocurrente y resuelto, una realidad que seguramente casi todos vivimos a esas edades en las que estamos explorando el mundo que nos rodea y descubriendo cosas tan importantes como el verdadero valor de la amistad o la cantidad de cosas de las que somos capaces aunque pensemos lo contrario.
Este es el primer libro de la colección My life y la editorial Edebé ya ha dejado anunciados dos títulos más que aparecerán próximamente:Mi fantástica vida y otros desastres y Mi gran éxito y otros fracasos.