Opinión de nunca llueve en timber creek de ali lewis

Por Miss_cultura @miss_cultura

OPINIÓN DE NUNCA LLUEVE EN TIMBER CREEK DE ALI LEWIS

6 sept. 2017

La sequía amenaza al rancho australiano de Timber Creek. Se acerca el rodeo, y el joven Danny Dawson, de trece años, está decidido a ocupar el lugar de su hermano mayor Jonny, que ayudaba a su padre con el ganado y murió en un accidente el año anterior. En casa de los Dawson, el calor hace más asfixiante aún la tristeza que se ha instalado desde que Jonny no está. No se habla de la situación de su hermana Sissy: está embarazada con catorce años y no quiere decir quién es el padre. Entonces llega a Timber Creek una joven inglesa para ayudar en casa, Liz. Al principio Danny la odia, le parece que es un estorbo y que no encaja en la vida del rancho, pero las circunstancias serán cada vez más adversas y su relación cambiará cuando Danny comprenda que para afrontar las dificultades lo mejor es aunar fuerzas. En esta primera novela, Ali Lewis aborda temas como la obstinación y el heroísmo en medio de un paisaje implacable, las delicadas relaciones familiares y el difícil e inoportuno tránsito de un joven hacia la madurez.

Cuenta Ali Lewis en su biografía que en el año 2002 hizo un viaje a Australia que le inspiró para escribir esta novela. Y me lo creo, porque en cuanto empecé a leer sus minuciosas descripciones, me vi transportada a mitad del desierto australiano.
Nunca llueve en Timber Creek está narrada por Danny Dawson, un chico de trece años que nos cuenta cómo es la vida cuando tu familia es dueña de un enorme rancho de ganado. Pronto va a tener lugar el rodeo, el acontecimiento más importante del año, pero en esa ocasión todo va a ser muy diferente a lo que están acostumbrados. Su hermano mayor falleció en un accidente hace poco tiempo, su hermana Sissy se ha quedado embarazada con solo catorce años y una grave sequía amenaza con crear estragos en la economía familiar. Con esa nueva realidad rondando el rancho, no tendrán más remedio que contratar a una chica inglesa para que les eche una mano, aunque en un primer momento resultará ser un desastre.
Es difícil definir este libro porque si lo pienso bien creo que es como si en realidad fueran dos libros en uno. Por un lado tenemos la historia más básica, que es en la que nos explican con todo detalle cómo es la vida en un rancho, qué tipo de tareas hay que realizar, cómo crecen los niños en ese ambiente, cómo se organizan los equipos de trabajo, etc. Y, por otro, nos encontramos con una historia de personajes con un fuerte trasfondo social cargado de temas sobre los que reflexionar. Si tuviera que destacar uno de ellos sería el hecho de cómo los prejuicios de los adultos influyen de forma irremediable en los niños: racismo, roles de género, orden de las prioridades… Al ser el narrador un niño que acaba de entrar en la adolescencia, se puede ver muy claro que a veces actúa por imitación, porque siempre ha sido así, pero cuando alguien le pregunta por qué lo hace no sabe responder. Sin embargo, nunca hay que perder la esperanza de poder cambiar las cosas.
En general, no es un libro sencillo de leer, pues aunque la narración es bastante llana y parece hecha a base de un conjunto de anécdotas contadas por un niño, requiere un lector activo para poder captar todo lo que hay detrás. Y aunque al principio estaba más bien desconcertada, al final me ha gustado mucho y creo que tardaré en olvidarme de los personajes. Es que este tipo de libros narrados por niños, pero que cuentan historias complejas, me encantan.
Eso sí, me parece que no es una novela apta para personas especialmente sensibles con el tema de los animales. A mí ha habido ciertas partes que me ha costado bastante leer e incluso en algunos momento me planteé abandonar el libro por este motivo. Afortunadamente no lo hice, porque me habría perdido una historia de esas que calan muy adentro.