En Sharknado 5, Fin Shephard (Ian Ziering) y su mujer biónica April (Tara Reid) se toman esta nueva misión como algo personal cuando el más joven de sus hijos queda atrapado en un “viajenado” y transportado por todo el mundo. De Londres a Rio de Janeiro, Tokio, Roma, Amsterdam y más allá, nuestros héroes trotamundos necesitarán la ayuda de un grupo altamente cualificado: gente de la realeza, estudiosos y deportistas olímpicos; junto con caras conocidas del mundo de la comunicación, el entretenimiento y los deportes en su batalla más épica hasta la fecha.
¿ Quién dijo que lo bueno se terminaba con las segundas partes? No, no lo pueden decir con estas de Sharknado, porque la formula del tiburón no como criatura que de miedo, sino como un personaje más, o mejor dicho sin tiburón no hay película, es fantástica y ha funcionado y sigue funcionando que da gusto. Me encanta poder ver una película de esta índole, sin que pierda ni un ápice de locura, y con el plus de que actores o actrices internacionales que no se les veía el pelo desde tiempos inmemoriales, asomen la cabeza o arrimen el hombro para ayudar, para reírse de si mismos o simplemente para que segundos después se los coman los tiburones, pero es genial poder ser espectador de esto.
En Sharknado 5, personajes con los que nos encariñamos en anteriores entregas y que estaban "missing" hacen su aparición para darle otro giro a esta quinta parte. Nunca pensé que estaría esperando año tras año, al estreno de una película de esta índole, que si me apuráis y no es broma, os diré que de aquí a una década o menos, se hacen "películas de culto". Personalmente, tengo miedo a los tiburones, me parecen unas criaturas fascinantes, pero tal y como las ha pintado el cine, de seres malos, perversos y aterrorizadores, pues ya tenía ganas de que a alguien con dos dedos de frente, se le ocurriese hacerles justicia. Por fin, los tiburones son las grandes estrellas y no los grandes monstruos y por fin, me rió con una producción donde estos grandes escualos son los protagonistas.
Otra de las cosas que han hecho que Sharknado, se haya convertido en todo un fenómeno, ha sido por como se reía con diálogos, con situaciones y con personajes alocados, de distintos géneros cinematográficos. Pero es que el humor es muy bueno, y tal y como lo enfocan los guionistas en estas entregas es brutal. Jamás me he reído tanto que película a película de Sharknado.
Aunque si me centró en Sharknado 5, diré a su favor, que también tiene una parte menos divertida, para el espectador, se pone seria en algunos momentos y piensas ¿Por qué? Esta quinta entrega, es el desmadre de todos los desmadres y tal y como termina, ni me imagino de como continuará, pero de verdad que hay escenas que como espectadora pensaba ¿Qué? Aún así, tiene momentos para capturar con la retina y luego correr para ir hacer memes a casa, madre mía de mi vida. Además, que tiene el plus de que no solo ocurre la cosa en Estados Unidos, en este caso, la formula Sharknadiana utilizada para que este fenómeno se conozca en todo el mundo es algo particular y está muy bien pensado por parte de los guionistas.
Cada vez que se estrena una película de Sharknado , soy más feliz que un tiburón en el aire o que una perdiz asesina. Ver Sharknado, es bueno para tu mandíbula y para tu tripa, pero ¡atención! no bebas demasiado que hay peligro de que tengas que ir al baño y eso no gusta, porque esta película hay que verla del tirón. También puede haber peligro de inundación, puesto que de la risa que te entre, no sepas si estás riendo o llorando. Después de ver Sharknado 5, tengo un vacío enorme.