Rémy y Mélanie tienen treinta años y viven en el mismo distrito de París. Ella acude a múltiples citas fallidas por las redes sociales mientras que él lucha por hallar una conexión con alguien. Ambos son víctimas de la soledad de las grandes ciudades, en una era hiperconectada, donde encontrarse debería ser más sencillo. Dos personas con dos caminos, que sin saberlo, toman una ruta que los llevará hacia una misma dirección...
Tan cerca, tan lejos es una película con grandes mensajes ocultos entre sus personajes, entre sus diálogos y silencios, entre esos bailes que ves a través de una ventana, pero que nunca bailas por muchos motivos.
Cédric Klapisch nos trae una comedia parisina encantadora y entrañable, donde las relaciones, la soledad, las palabras que no decimos, tienen sus consecuencias llegando un momento en el que haces pop.
Dos protagonistas como Rémy y Mélanie maravillosos con los problemas que muchos jóvenes tienen hoy en día, con sus pocas palabras, con sus miedos en una gran ciudad donde Rémy se hace invisible y Mélanie parece querer ser una hormiguita, pero nunca lo consigue.
Me gusta las localizaciones que ha elegido el director debido a que el piso de él y de ella dan a un lugar que no os diré, pero metafóricamente hablando una genialidad para esta película.
Otra de las cosas a destacar de esta genialidad de película es la cantidad de frases que tenéis para escuchar mil veces y pensar, estaría parando constantemente la proyección en cualquier sala.
A veces no somos conscientes de nada de lo que tenemos a nuestro alrededor, en otras ocasiones nos damos cuenta, pero no somos capaces de decir las palabras o la frase correcta que necesitamos para salir de nuestro estado, de nuestro bucle o de nuestra situación.
El silencio que te va comiendo por dentro, lo que ocurrió en el pasado a veces es lo que en el presente nos arrastra.
Me ha encantado también como el director ha metido de forma divertida, original y sensacional la tienda de ultramarinos de barrio, ese sitio tan hogareño donde parece ser que todos sin saberlo van a "ahogar" sus penas en comida o intentar cambiar algo en sus vidas.
El director sabe como ahondar en relaciones rotas, relaciones familiares que se tambalean por cosas no habladas...
Tan cerca, tan lejos me ha parecido toda una declaración preciosa, hermosa y convincente de intenciones, de como esta la sociedad y hacia donde vamos.
Es una película tan dulce como dura, tan triste como bonita.
Cédric Klapisch es un contador de cuentos modernos.