Suena fuerte el nombre de El Cuerpo del Delito (Body of Proof) para ser cancelada por la ABC de cara a la temporada que viene. En España, FOX lleva emitidos cuatro episodios, tres de los cuales he visto, y de momento no me extraña nada.
La serie es un procedimental policial que gira mucho en torno a la forense Megan Hunt (Dana Delany), una mujer bastante sabionda que puede sacar de quicio a cualquiera tanto dentro como fuera de pantalla. En realidad creo que Megan sería muy buena amiga de Olivia Pope (Kerry Washington) de la serie Scandal porque son igual de irritantes. Pero ya hablaré de la segunda cuando toque.
Han habido cambios entre la segunda y la tercera temporada de la serie, aunque no hubo sorpresa alguna sobre el desenlace del cliffhanger con el que finalizó la segunda entrega en el que el compañero de la forense, Peter Dunlop (Nicholas Bishop), salvaba a Megan de una muerte segura y es que antes del estreno de la tercera temporada ya se anunció que el actor no seguiría.
También abandonaron la pareja de policías que tanto me gustaba, los detectives Bud Morris (John Carroll Lynch) y Sam Baker (Sonja Sohn). Los tres han sido sustituidos por dos nuevos personajes, policías además, destacando Mark Valley como el detective Tommy Sullivan, un antiguo amigo de Megan que yo creo que fue algo más que eso por la fricción que hay entre ambos.
Total que en el primer episodio secuestran a Lacey (Mary Mouser) la hija de la protagonista, o la niña de los peines como la llamo yo porque es una cansina aunque puede ser por la voz del doblaje, en una “complicada” trama en la que hay bombas y el ejército de por medio y que no tuvo la tensión que debería haber tenido la doble entrega; mientras que con el tercer episodio no salí de mi asombro ante la chorrada tan grande que estaba viendo.
Ojo, la serie me entretiene normalmente sin ser nada del otro mundo y porque aún soy capaz de soportar a su protagonista pero… ¿Exorcismos? Eso ya es pasarse porque lo de ser una serie bastante blanca policial algo increíble dado que la doctora Hunt acaba presionando hasta a los testigos sin que nadie le diga nada, en favor de la narración, todavía pasa pero lo de perder el norte con una historia tan rocambolesca no tiene nombre.
Que al final lo del exorcismo ha salido en más series de corte policial, sí, pero rozar lo paranormal así porque sí y meter la religión gratuitamente de por medio también me pareció bastante cutre, la verdad. Si algo se puede salvar del episodio es la comicidad de los doctores Ethan Gross (Geoffrey Arend) y Curtis Brumfield (Windell Middlebrooks) que suelen tener escenas muy divertidas que cuando faltan se echan de menos
Mal va la serie, la verdad.