[Opinión] II Carta de @Perradesatan a Leonardo DiCaprio
Perra de Satán 21 marzo, 2014 0
Mi muy querido Leonardo:
Siento que estas palabras se hayan demorado un poco, pero estos últimos han sido unos días complicados para mí. No solo me los he pasado vagueando más de lo normal sino también dándole vueltas en mi cabeza al porqué de la gran injusticia de la que fui testigo, como tú también lo fuiste, el pasado domingo 2 de marzo: por cuarta vez, acudías a la ceremonia de entrega de los Oscars como nominado, y por cuarta vez te ibas a casa con las manos vacías. Vacías de Oscars, que de números de teléfono seguro que no, que todas sabemos ya de que pie cojeas, querido Leo.
Tú dime a mí si no es cosa de brujas que con lo que le gusta a la Academia un niño petándolo en el cine, no te llevases ya el Oscar aquella primera vez. Ahora, para mí no ha habido descaro más grande que el de la presente edición, en la que, aunque competías con candidatos bastante fuertes, como Bruce Dern (que nos ha encantado en su papel de Nebraska), destacabas por encima de todos ellos por la que, en mi opinión, ha sido la mejor interpretación de tu vida: Jordan Belfort, el hombre que revolucionó el mundo de la bolsa en Wall Street.
Pero claro. Al igual que a la Academia le encanta un niño actor, también le encanta un buen cambio físico. Guapos jugando a ser feos. Oscar asegurado. Y eso es lo que le ha pasado a Matthew McConaughey, que aunque tampoco se ha llevado el Oscar más inmerecido de la historia, ha tenido dos elementos muy a su favor en esta competición. Elementos contra los que tú no podías luchar: el primero de ellos, el cambio físico, pero siempre a peor. Mientras que tú brillabas más que nunca y estabas de lo más sexy en El lobo de Wall Street, Matthew, al que todos recordamos por lucir musculitos en cualquier playa con oleaje, había perdido no sé cuantos kilos y se había quedado más chupado que el hueso de una aceituna. Pero el segundo elemento, en mi opinión, ha pesado mucho más, y es esta manía que hay en Hollywood de “el premio social”. Vamos a premiar cosas con la moral y no con el juicio, y qué mejor que ponerse a repartir premios a negros esclavos y a enfermos de sida, con lo bonito que queda eso.
Ahí, Leonardo, estabas completamente fuera de la competición, porque dime a mí, en términos morales, lo premiable que es Jordan Belfort. Y por eso me he llevado yo todo el disgusto que me he llevado. Porque, llámame soñadora, pero igual que algunas veces pienso que un día nuestras vidas se cruzarán y yo seré quien te haga ver que la belleza está en el interior, soñaba que tu interpretación había sido tan fuera de lo común que arrasaría con todas las moralinas estadounidenses y se impondría por su calidad, y no por su valor social.
De todas formas, como nos consolamos las fans es pensando que te queda mucha vida por delante, muchas películas por rodar y muchas oportunidades para demostrar todo lo actorazo que tú eres. Y si tenemos que esperar a que tengas 80 años para que te den por fin el Oscar de “uuuh, está a punto de morir”, ¡esperamos! Recibe un cálido abrazo de esos de quedarse mucho rato juntitos y de los de rozar un poco de cebolleta de tu fan número 1:
@perradesatan
[pinit]