¡Menuda temporada! Que una serie que lleva ocho años en antena y nueve temporadas alcance el nivelón al que ha llegado en su última entrega Anatomía de Grey (Grey’s Anatomy) tiene muchísimo mérito. Sí, ha habido algo de factor culebronesco pero menos que en otras temporadas dejando más paso si cabe al drama, y en mi opinión esta novena temporada de la serie que finalizó el pasado jueves en la ABC al otro lado del Atlántico ha sido la mejor de todas las temporadas de la serie creada por Shonda Rhimes.
Si la octava temporada acabó con un accidente de avión y una muerte impactante, la novena empezó con las secuelas del mismo y otra muerte, desarrollando los traumas de determinados protagonistas y sus intentos para volver a su vida normal, llamemosla así.
Más de una relación se ha puesto a prueba a lo largo de la temporada, nuevas han surgido, ha habido alguna boda, más muertes y un grupo nuevo de internos a los que los que otrora lo fueron tienen que enseñar y que han aportado mucho a las tramas.
La temporada nueve ha sido la del drama, la del sufrimiento, la de casi perder el Seattle Grace pero la de hacerlo resurgir como el Grey Sloan Memorial (un bonito homenaje) y así, nos plantamos en la season finale.
Shonda Rhimes hace un par de meses dijo que estaban escribiendo los últimos episodios de la temporada y preguntada por la posibilidad de que muriera alguien más dijo prácticamente que no. Después de todo lo acontecido sobre todo tras las finales de las temporadas siete, con ese magistral doble episodio del tiroteo, y ocho, con el bien llevado accidente aéreo, ¿para qué matar a alguien, verdad?
A partir de aquí spoilers hasta nuevo aviso.
Una tormenta se acercaba al hospital mientras Arizona (Jessica Capshaw) le ponía los cuernos a Callie (Sara Ramírez) con una doctorzuela recién llegada al lugar y Meredith (Ellen Pompeo) se ponía de parto. A partir de ahí todo problemas: la luz se va, hay unas operaciones que hacer con linternas, a Meredith se le rompe el bazo, hay un accidente de bus frente al hospital y un momento muy tenso en el que parece que Jackson (Jesse Williams) va a saltar por los aires…
Pero al final casi todo sale bien, una relación empieza mientras otras verdades se dicen a la cara, con gritos o con buenas palabras. Mer esta estupendamente como su hijo al que llamará Bailey en honor de quien tiene que armarse de valor y olvidarse de lo que ha sufrido en las últimas semanas, Miranda (Chandra Wilson).
Pero, Shonda nos mintió y alguien nos deja, Richard Webber (James Pickens Jr.) cae electrocutado tras devolver la luz al hospital al que dedicó su vida en la misma temporada en la que su propia mujer había muerto. DEP jefe. Y así nos plantaremos en la décima temporada con dos cuestiones que me rondan la cabeza: ¿Es imposible que Cristina (Sandra Oh) y Owen (Kevin McKidd) acaben juntos? ¿Por qué tienen que cargarse, después de todo lo sufrido, a una gran pareja como son Callie y Arizona?
Fin de los spoilers.
Llevo viendo Anatomía de Grey desde el primer día. Siempre me ha gustado pero lo de las últimas temporadas ha sido una mejoría continua excepto por el bajo protagonismo en ocasiones de personajes importantes, no ha sido el caso de este temporada. Ha sido renovada para una décima entrega y por mucho que me guste y la vaya a echar de menos cuando desaparezca, creo que debería ser la última porque si han llegado hasta donde han llegado en tan buena forma, mejor dejar las cosas en alto.