Las redes sociales se han convertido en caja de resonancia de la indignación de la sociedad. Es habitual encontrar las publicaciones de nuestros amigos rasgándose las vestiduras ante los hechos de la realidad que, en muchos casos, justifican la reacción.
Una chica violada y muerta por un condenado que estuvo preso y salió anticipadamente por buena conducta; un diputado altamente sospechado de corrupción defendido por colegas de la inmaculada izquierda radical; jueces que justifican legalmente porque no tienen que pagar impuestos que todos los hijos de vecino pagamos puntualmente; militantes de derechos humanos mirando para otro lado ante dictaduras de izquierda; señores legisladores que se ajustan el sueldo por un porcentual mayor al índice de inflación.
Los ejemplos sobran. Y, cabe admitir, en muchos casos compartimos esa indignación.
Pero lo que hay que señalar es que con indignación sola no alcanza. Que justamente, en pocos días, esa indignación se puede hacer operativa. Se da la primera de las dos fechas electorales que habrá este año. La decisiva es la de octubre; la de agosto hace las veces de una gran (y cara) encuesta. No obstante, es una buena oportunidad para que se ejerza la indignación en el momento justo.
Si usted se tira de los pelos muy seguido en las redes sociales, le aviso: los legisladores que están en sus bancas, llegaron ahí porqué usted los votó. Y, algo más: ahora van a venir a pedirle a usted su voto. Y en este momento, cuando entre al cuarto oscuro, usted será el rey y tendrá el control sobre ellos.
Así que antes de votar, piense qué partidos y qué diputados ponen palos en la rueda cada vez que hay que votar leyes contra la corrupción, la justicia mal llamada garantista o reformas electorales. Porque si usted consideró que el asesino de Micaela García debió pasar su condena en la cárcel y no salir anticipadamente para matar a una adolescente, sería bueno que recordara qué legisladores levantaron la mano para votar en contra del cumplimiento efectivo de una pena. O qué políticos apoyaron a De Vido en la sesión que se planteó su expulsión de Diputados o quiénes trabaron la reforma electoral o la ley del arrepentido en el Congreso.
Porque si usted vuelve a votar a los mismos tipos que están en esas bancas, por favor, le pido, no se indigne.
En todo caso, indígnese con usted mismo.
Por menospreciar el poder que tiene su voto.