[Opinión] Problemas y más problemas en la segunda temporada de Under the Dome

[Opinión] Problemas y más problemas en la segunda temporada de Under the Dome

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Amaia Ceinos 27 septiembre, 2014 0

¿Qué tendrá esta serie de argumento agotado que no explica nada sino que deja incógnitas en el aire para enganchar al espectador? La verdad es que me lo sigo preguntando tras dos temporadas y veintiséis episodios. El lunes finalizó en la CBS, en unas semanas lo hará en España y aún no hay pronunciamiento sobre si Under the Dome (La Cúpula para quienes la siguen en Antena 3) tendrá una nueva entrega pero ¿y si no la tuviera? Particularmente no me supondría nada porque si esta serie fuera de las que se emiten entre septiembre y mayo me hubiese bajado del carro hace tiempo.

Sí, entretiene en apenas 40 minutos (más cortos los episodios no podían ser, vaya) y deja esos cliffhangers episodio sí y episodio también para que al menos continúes con las ganas de más y eso es lo mejor de la serie basada en la novela homónima de Stephen King porque fallos tiene muchos, desde un reparto que en su mayoría no pone ni media carne en el asador y que carece de carisma, hasta unos guiones que dejan mucho que desear.

Pero admito que si CBS la renueva, y por su audiencia es probable que así sea, la seguiré viendo porque al menos la intriga de qué puede pasar la tengo. Aunque seguro que disfrutaría mucho más la novela.

Dicho esto, me centro en lo sucedido durante la segunda temporada que, básicamente, ha sido más de lo mismo: problemas, problemas y más problemas. Pero, excepto el cómo salir de la dichosa cúpula, a las personas atrapadas en Chester’s Mill les duran esos problemas menos que a mí una gominola (y esto no es exagerado). Que si no hay provisiones suficientes, que si el tiempo cambia en el interior de la cúpula, que si esta se empieza a estrechar, que si se va el wifi que ha aparecido como por arte de magia…

A partir de aquí spoilers.

Suerte han tenido de contar durante los trece episodios con Rebecca Pine (Karla Crome), una profesora de ciencias a la que conocimientos para casi todo no le han sobrado y que se convirtió primero en la mejor aliada de Big Jim Rennie (Dean Norris) para luego irse hacia el otro bando, el de Barbie (Mike Vogel) y Julia (Rachelle Lefevre) con la que ha tenido sus más y sus menos. Rebecca ha sido uno de los personajes nuevos que ciertamente han aportado bastante a la historia, el otro sobre todo ha sido Pauline Rennie (Sherry Stringfield) a la que su marido Jim y su hijo Junior (Alexander Koch) creían muerta, así como su hermano Sam (Eddie Cahill).

De hecho Pauline y Sam junto con el barbero Lyle (Dwight Yoakam) y la muerta-resucitada Melanie (Grace Victoria Cox) eran las cuatro manos originales que debían proteger el huevo… Supongamos que es eso porque tampoco lo sabemos seguro, a las que Junior, Norrie (Mackenzie Lintz), Joe (Colin Ford) y Angie (Britt Robertson) tomaron el relevo. ¿Alguien esperaba la muerte de Angie? Yo no, la de Linda (Natalie Martínez) tampoco y ambas se dieron en el mismo episodio.

Se saló de Chester’s Mill cuando Barbie aterrizó en su ciudad natal, Zenith, a donde llevaba un agujero subterráneo. Zenith, desde donde llegó Melanie, donde estaba Pauline escondida y desde donde regresaron al pueblo Barbie y quienes habían saltado antes que él por el agujero: Lyle y Sam.

Cuando parecía que podían tener una salida, oh sorpresa, el agujero se cierra en cuanto Jim tira el huevo por él pero otro aparece tragando a Melanie en el penúltimo episodio, para aparecer al final para guiar a los habitantes de Chester’s Mill vivos y a quienes se quedaron atrapados pasando por ahí a casa. ¿A qué casa? Cualquiera sabe…

Y paras más inri, si pensaba que la cúpula tenía que ver con algún tipo de alienígena, resulta que ahora parece estar más relacionada con la empresa de Don Barbara (Brett Cullen), el padre de Barbie. Total que acabas pensando que Under the Dome no tiene ni pies ni cabeza.

Fin de los spoilers.

No tenemos respuestas a nada, solo preguntas si nos las queremos formular pero esto, aunque a veces pretenda parecerlo con escenas o frases del tipo “la cúpula ya ha acabado conmigo”, no es Lost, es una serie tirando a mala cuyo reparto muchas veces ayuda a poner el grito en el cielo.

Pero sí, aún así la veo porque, como decía, algo tiene para enganchar aunque sea ese “a ver qué pasa ahora”. Poco más, la verdad.

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