[OPINIÓN] Review del 4×02 de PLL

Publicado el 22 junio 2013 por Despiram @FrikArteWeb

Seguimos con las reviews de Pretty Little Liars, hoy con el 4×02, un episodio que ha tenido momentos brillantes y momentos muy tediosos y es que, a veces, parece que a la serie le cuesta mantener un ritmo concreto pero qué le vamos a hacer, ella es así y así seguirá por lo que  vayamos a ver qué les ha ocurrido  a las cuatro habitantes del pequeño Rosewood.

El episodio comienza con las cuatro chicas comiendo juntas, haciendo balance sobre qué ha ocurrido con el detective Wilden. Entre deliberaciones y teorías, a Spencer se le cruzan los cables y decide que eso de hacer esquemas y mapas con figuritas es too mainstream por lo que ella lo hace con la comida. A base de patatas, tomates y cosas varias, Spencer intentar dar una explicación lógica a lo que pasó en la cabaña ya que  -como todos nosotros- no tiene forma humana de explicar quién demonios salvó a las chicas del fuego. Todo muy normal. Peleándose por los palitos de mozarrella -Spencer sabemos que lo que querías era comértelo, no hacerlo pasar por un avión-, las chicas siguen delirando deliberando sobre qué ocurrió esa noche y sobre qué pasó con Wilden, hasta que aparece la jefa, Mona.

Bienvenida al club de “A casi nos quita de en medio”

Mona hace acto de presencia e ipso facto las liars se reúnen en formación de ataque. Peeeero todo es falsa alarma porque la loca número uno parece ir de buenas y solo viene a decirles que ella está investigando quien era la chica del abrigo rojo -yo sigo apostando a que es una campaña de marketing de Ausonia un poco bestia- y que la acompañen a ver la caravana, por lo que el club de las cinco vuelve a la granja perdida de la mano de Dios, y ¡oh, sorpresa! la caravana no está. Es la primera vez que me siento inteligente viendo esta serie porque es la primera vez que sé quién ha sido el culpable; me dieron ganas de gritarle a la pantalla “ha sido Toby!” con vocecilla de niña pequeña. La desaparición de la caravana vuelve a poner a Mona en una mala situación respecto a las chicas porque estas ya no se creen nada de ella. No es hasta que “A” intenta asesinarla que las chicas, sobretodo Emily y Aria, se toman un poquito más en serio su intento de son de paz ¿esto quiere decir que Mona ya es miembro del club de la herradura? Bueno, ya lo veremos.

Seguimos porque tras esto, y tal y como hicieron la semana pasada, la trama vuelve a centrarse en la vida de cada una de las chicas aunque esta vez, vemos detalles mucho más interesantes:

Comenzamos de nuevo con Hanna, quien se ha convertido en toda una Sherlock Holmes. A mi parecer ha sido la que ha llevado el episodio y le ha quitado un poco el punto de aburrimiento que ha llegado a alcanzar. A la rubia se le han presentado varios frentes: el marronazo de su madre, el encontronazo con Shana y lo peor de todo, Tappi.

La rubia que mejor one-lines tiene de toda la serie -en serio, debería hacer un post solamente de las frasacas que suelta Hanna- tiene un marronazo en casa y es que todas las pruebas apuntan que su madre es la asesina de Wilden. Empieza a sospechar con la actitud distante y fría que se gasta Ashley y todo lo empeora el descubrimiento de unos Manolos en la basura, prueba irrefutable de que su madre no ha pasado mucho tiempo en Nueva York. Por mucho que lo intenta no es capaz de obviar la mosca detrás de la oreja y cierto es que la pobre me da mucha penilla porque no sabe si está paranoica perdida o si debe llamar a la policía por tener a una asesina en casa. El final del episodio es tan esclarecedor como las respuesta de mamá Marin, por lo que profetizo dramón próximo entre madre e hija -con A de por medio, obviamente-. Yo apuesto a que Ashley no lo mató porque no puede ser tan obvio ¿no?

Soy Tappi, el nuevo fichaje

Al menos, Hanna puede soltar toda la furia e ira que está recolectado contra alguien: Shana. El encontronazo de Angry Hanna con la -ex, novia, rollo?- de Jenna es lo mejor del episodio aunque me ha faltado algo esencial: un buen tortazo con la mano abierta. Si con esto Hanna no tiene suficiente drama, solo le hacía falta un elemento más: Tappi. Tappi es un loro que Alison se trajo de casa de su abuela en Georgia y que parece ser una de las claves para resolver el misterio debido a su tendencia a hablar más de la cuenta

Y aunque lo parezca, no, Tappi no es elemento creepy del episodio, el elemento creepy del episodio es el flashback de Alison. ¿De verdad su forma de chantajear a la gente es haciendo un “enfado y no respiro”? Muy madura, sí señor. Solo espero que esto no sea una forma de explicar que sigue viva porque por mucho tiempo que puedas aguantar la respiración, no creo que sea suficiente como para salir del subsuelo tras ser enterrada viva.

Ahora me enfado y no respiro

Dejando a Hanna detrás nos vamos con la siguiente en mi lista: Spencer. La ilustrísima hija de ilustrísimo apellido se enfrenta a una de las situaciones más difíciles que un estudiante se puede encontrar que es nada más y nada menos que ver cómo aquello por lo que has luchado se convierte en polvo frente a tus ojos. Uno de los sueños de Hastings era poder ingresar en la Universidad de Pensylvania y visto lo visto, no va a poder ser. Suerte que Ezra -que vuelve a ser profe de las cuatro- le echa un cable y le alienta a seguir adelante, pese a que sus métodos de persuasión no convenzan a la chica porque como bien dice ella ¿de qué le sirve mentir a los de la Universidad? De nada, porque algún día tarde o temprano descubrirán que asesinaron a una amiga suya, que le hicieron bullying y que le dio un colapso mental. Ays, qué penica me da Spencer. No entiendo esa inquina contra ella, todo le pasa a la pobre.

Siguiendo la estela de “una serie de catastróficas desdichas escritas por Spencer Hastings”, nos enteramos por fin qué hizo que el guaperrímo de Toby traicionara a las chicas. La escena de Toby pidiéndole explicaciones al aire mientras ella está totalmente desarmada que no es capaz de decirle nada a su chico, hacen de este momento una de las escenas más conmovedoras que se hayan visto en la serie. Lo mejor de todo es que al fin parece que Pili y Mili ya no van a tener más secretos, ojalá sea así.

De Spencer saltamos a Aria que de nuevo vuelve a centrar todos sus problemas en asuntos del corazón. Aria tras el problema con “A” está un poco a la defensiva por lo que para paliar su agresividad decide hacer lo más aconsejable  ir al psicólogo. Bueno no, eso haría cualquier persona normal pero estamos en PLL por lo que Aria se apunta a clase de artes marciales. Allí se cruza con Jake y bueno, pues tras pelear, sudar y  recibir una sonrisa encantadora del muchacho pues Aria cae en sus brazos sin pestañear. Creo que esta chica tiene un problema porque su fijación con los profesores no puede ser sana. Hay que destacar una cosa y es que en este episodio Lucy me ha sorprendido bastante al mostrar una vis cómica que no sabía que tenía. Chapeau.

Por último está Emily, que tras marcarse un guardaespaldas, se daña el hombro al golpearse contra una roca.

Golpetazo en el hombro

Todo pasaría por eso, un hombro lastimado, un par de pomadas y listo peeeero la chica tiene al día siguiente una prueba de natación con un cazatalentos de la Universidad por lo que no le queda más remedio que presentarse  a la prueba . Ay Ems, ¿no aprendiste el peligro de tomar pastillas hace un par de temporadas? Y es que en lugar de decir eso de “tengo una lesión en el hombro, no voy a poder nadar“, pues decide tomarse no sé cuántos analgésicos para paliar el dolor justo antes de salir a nadar. Resultado: se queda medio dormida en mitad de la carrera haciéndose una brecha contra la pared. No aprendes Ems, no aprendes.

Para el final del episodio, como siempre, el arco argumental se pliega sobre sí mismoy es por esto que tenemos a las liars de nuevo en una misma habitación, exceptuando a Emily que está malita en casa. Primero llega Aria que le cuenta a su amiga Spencer el dramón con el pibón. En serio, los momentos Sparia son de lo mejor. He de decir que pese a mi poco cariño a Aria, en los momentos en los que está con Spencer, el personaje tiene destellos de genialidad. Segundos después, con una entrada digna de una diva, Hanna hace acto de presencia trayendo a Tippi. Las tres flipan  y se desesperan con el loro a partes iguales, e intentan, en vano sacarle información. Viendo que no hay manera, la rubia se lo encasqueta a Spencer -y parecía tonta al principio!-, y menos mal, porque Hasting no es solo un Google Translater humano sino que también es Spencer de la Jungla. Spence  se da cuenta que la melodía que Tippi silba cada dos segundos no es una manera de tortura moderna sino el sonido de las teclas del teléfono al marcar. Deseosa de dar con alguna prueba sólida, vuelve a reunir a las otras dos y marca un número pero el teléfono no da respuesta.

Tappi se fue, Tappi no está (8)

Creyendo que Spencer de la Jungla está equivocada, Hanna y Aria van a por el dichoso pájaro con la intención de hacerlo ellas pero ¡oh sorpresa! ya no está porque alguien ha abierto la jaula. Ese alguien no es otro/a que “A” quien aparece comiendo un pollo frito compartiéndolo . Reconozco que di un gritito y dije eso de “pobre Tappi” pero no, no era el loro, es más “A” lo está alimentando con el pollo. Y digo yo ¿eso se considera canibalismo? habrá que investigarlo.

En fin, Serafín, hasta aquí ha llegado la review del 4×02. ¡Espero que os haya gustado! Compartid y difundid todo lo que podáis y poned en vuestros comentarios qué os ha parecido el episodio, qué ha faltado en la review o quién créeis que es A. See you next week, bitches!

P.D: Si tenéis ocasión fijaos en la camiseta de Aria cuando va con Hanna