[Opinión] Salem y la insultante justificación del fanatismo
Alberto Galisteo 23 abril, 2014 0
El domingo pasado la WGN America estrenó su nueva serie de terror sobrenatural, Salem. Su episodio piloto nos ha dejado con muy mal sabor de boca.
A finales del siglo XVII la ciudad de Salem está gobernada por George Sibley, un puritano y fanático que tortura a sus ciudadanos por cosas como mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio. La pareja de enamorados John Alden (Shane West, Nikita) y Mary (Janet Montgomery, Spies of Warsaw) se ve obligada a separarse cuando él marcha a la guerra. Ella había quedado embarazada y, cuando él se va, realiza un ritual junto a una bruja para abortar. Cuando Alden regresa siete años más tarde, se encuentra una Salem más extremista aún, con Sibley sin apenas moverse ni hablar en una silla de ruedas y casado con su amada Mary, mientras el hipócrita hijo de él gobierna ahora la localidad.
Hay algo peor que una caza de brujas: una bruja. – Mary Sibley
La serie nos sitúa a la brujas controlando la propia caza de brujas, con el fin de eliminar a sus enemigos. Se coloca así a los fanáticos torturadores en el papel de víctimas, mientras que las mujeres que se rebelan contra sus opresores se convierten en villanas. Aunque es cierto que se muestra lo erróneo de este sistema de acusaciones al acabar siendo ejecutados los inocentes de brujería, se justifica la histeria y los prejuicios, asignando al colectivo marginado el papel de antagonista y culpabilizándolo de todas las acusaciones sin fundamento que vierte la masa ignorante.
Como si este insulto a la inteligencia no fuese bastante, Salem va más allá. Dejando a un margen el mensaje que transmite, el guion propiamente dicho es una acumulación de clichés melodramáticos carentes de todo interés. La guinda de este espantoso pastel es el uso de contenido erótico que realiza. En una escena en la que Mary aparece desnuda torturando a su marido, ella parece encarnar todos los argumentos machistas más arcaicos: la mujer bella y tentadora, pero que no es sumisa y es el mal. Y, por supuesto, también se insinúa una cierta tensión sexual lésbica entre ella y su compañera bruja.
Salem es ofensiva, machista… y como si eso fuera poco, aburrida hasta decir basta.
[pinit]