Fargo y lo que es una buena adaptación
Señores, levantémonos y empecemos a aplaudir porque hoy toca hablar de una serie que ya tuvo una primera temporada de diez, que estreno su segunda tanda de episodios el pasado martes (lo podemos ver en Movistar plus) y que ha vuelto incluso mejor que el año pasado. Señores, es momento de ovacionar a Fargo.
Por si alguien no lo sabe, Fargo es una serie con temporadas autoconclusivas, una forma de hacer series que se está usando cada vez más debido al gran éxito que genera (dos claros ejemplos de series autoconclusivas son American Horror Story o True Detective). Esta forma de contar las series tiene la gran ventaja de que los guionistas deben darlo todo en cada capítulo, ya que la historia que nos quieren contar tiene un límite, normalmente, de unos diez episodios y deben pisar fuerte des del principio para enganchar al espectador. Eso pasó en la primera temporada de la serie en cuestión, Fargo, que, interpretada brillantemente por el gran Martin Freeman, nos encandiló con uno de los mejores primeros episodios que yo haya visto.
Sin embargo, creo que el primer episodio de la segunda temporada aún es mejor que el de la primera. Como todo el mundo debe saber, Fargo es la adaptación a serie de una película de los hermanos Coen que triunfó en los 90. Si me decís que el capítulo que vi el otro día está dirigido por los mismos que dirigieron la película, lo compro. Aunque la trama de la serie no tenga nada que ver con la de la película, los guiños hacia ella son muchísimos: escenas larguísimas increíblemente bien interpretadas y repletas de humor negro, la ambientación, los bares de carretera, las mujeres con carácter, los hombres estúpidos, escenas de violencia... y todo esto sólo en el primer episodio. Y los vi mucho más que en el de la primera temporada.
Muchas veces hay el debate de si debe hacerse adaptación de películas o de libros o si hay que hacer un remake de una serie. Yo estoy a favor, si son adaptaciones que conservan el espíritu y la esencia de la premisa original. Te invito a que si no has visto la película de Fargo, que la mires y después te pongas el 2×01 que se estrenó el otro día. Verás que ni la trama ni los guiones se parecen, incluso puede ser que no te guste la película y el capítulo sí, o al revés, pero estarás de acuerdo en que los guiños son muchísimos.
Personalmente, la primera temporada de Fargo me encantó, pero creo que esta segunda aún puede ser mejor. Es pronto para decirlo, pero creo que estamos aplaudiendo (otra vez) a la mejor serie del año.