Santísimo Padre celestial, vengo ante Ti en busca de Consuelo en mi difícil situación. Te pido mi amado Dios, que las puertas que se me presenten en mi camino, seas tú quien las abras y cierres. Que sea Tu Santa voluntad que gobierne en mi vida, y poder sentirme satisfecho y agradecido por cada una de tus decisiones.
Señor, dame la tranquilidad que tanto ansió y pon a mis pies lo que tanto he anhelado. Dígnate Señor a escuchar mis suplicas, porque solo tú tienes el poder de intervenir en lo que tanto deseo. Padre de bondad, no permitas que sucumbiré por falta de ayuda, ampárame y permíteme recibir tu bendición.
Amado Dios, tú que eres un padre que provee, que siempre se preocupa por nuestro bienestar, y que siempre está dispuesto ayudarnos a vivir una vida en paz y en armonía; te pido que intercedas en mis suplicas y me llenes de tu gloria.
Tú que curaste a tantos enfermos, que le devolviste la vista a personas ciegas, tú que provees riqueza y lleva felicidad a nuestras vidas; acude a mis suplicas y dame esa mano amiga que siempre me brindas. Padre, tú conoces mis limitaciones, y sabes que hago todo lo posible para seguir adelante, pero te pido que seas mi apoyo y me sostenga cuando ya no tenga fuerza. Señor, te pido que encienda las llamas de mi fe y no permitas que las adversidades de la vida soplen las llamas de mi fe hacia ti; inyecta combustible a mi fe y que mi cuerpo se encienda de tu infinito amor. Amén.
Si haces esta oración con Fe, puedes tener la certeza que Dios te escucha y que siempre está a tu lado. Deposita todas tus cargas en Él, porque Él es todopoderoso y nunca te abandonará en los momentos de dificultad, sigue adelante con gozo y entusiasmo, pues Dios ha destinado grandes cosas para bendecir tu vida.