Orange is the New Black: Reseña del primer episodio
Alberto Galisteo 17 julio, 2013 0
El pasado 11 de julio el portal de cine y televisión online Netflix puso a disposición de sus clientes la primera temporada de una de sus primeras series de producción propia, Orange is the New Black. La confianza de la compañía en este show es tal que, como vimos hace unos días, se confirmó una segunda temporada incluso antes de su estreno.
I wasn’t ready
El primer capítulo nos presenta la complicada situación que atraviesa Piper Chapman (Taylor Schilling). Diez años atrás, su pareja le hizo cargar con mucho dinero proveniente del tráfico de drogas, fue cogida por la policía y condenada a quince meses de cárcel. Es ahora, después de una década, ya reformada y prometida con otra persona, cuando debe cumplir su sentencia.
Una de las virtudes de la serie, o al menos de su primer episodio, consiste en el delicado equilibrio que guarda entre la comedia y el drama, sin llegar a frivolizar la gravedad de los hechos ni a redundar en lo lacrimogéno y melodramático. Es más, en ocasiones, hay elementos que sirven al mismo tiempo para aumentar el drama y el humor, pero no como algo exagerado propio de las comedias de situación, sino con un tono realista, como un reflejo de lo absurda que puede ser la vida y se le pueden llegar a complicar las cosas a una persona.
Todo está narrado con una estructura con flashbacks, que sirven para dar algo más de ritmo a un relato que, pese a todos los esfuerzos, no deja de resultar algo lento. Ésta es una historia de personajes y su evolución, no de una trama llena de giros y cliffhangers (recurso que, no nos engañemos, tiende a ser bastante tramposo). Los cincuenta minutos que dura cada episodio quizá sean demasiados, sobre todo con una dirección que a veces peca de perezosa, aunque para paliar todo esto tenemos unos personajes carismáticos y bien construidos, cada cual más peculiar que el anterior. Es obvio que todos tienen algo que contar, lo que enriquece mucho la historia.
El leitmotiv de la serie es el contraste entre el antes y el después. Esto puede dar lugar a reflexiones y situaciones muy interesantes, pues ahora vemos la vida de la protagonista antes de ingresar en prisión y una vez está encerrada. Con el paso de los episodios, lo ideal sería añadir cómo afronta su vida una vez salga de la cárcel, cómo la experiencia la ha cambiado a ella, a sus estrambóticas compañeras y a las personas de su entorno.
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