Ordenando mis ideas

Publicado el 09 octubre 2016 por Davidtorne @davidtorne

Ordenar tus ideas es una necesidad. Cuando la situación es compleja o cuando el asunto se encona, vale la pena tomarse el tiempo necesario para recapitular volcando todo el ruido que tienes en la mente.  Sacar fuera para componer y relacionar conceptos.

Ordenar ideas también significa tener la capacidad de pulirlas dejarlas reposar para reflexionar sobre ellas con la mente fría al cabo de un tiempo.

Lo ilustro hablando de tres situaciones diferentes para definir, resolver y reflexionar.

Mapa mental

El mapa mental es un soporte para generar una cadena de ideas a tener en cuenta sobre un asunto concreto. Anotar un concepto te sugiere uno o varios, y pensar sobre cada uno de ellos genera uno o varios más. (Cómo dibujar un mapa mental).

Es una cadena de conceptos que se van enlazando para crear una imagen con todo lo que tienes que tener en cuenta sobre el proyecto en que trabajas o la cuestión a resolver. Es una prospección en tu mente para sacar fragmentos de información a tener en cuenta.

A diferencia de una lluvia de ideas estructuras en el momento de capturar. El resultado es un dibujo que enlaza los diferentes conceptos en forma de árbol, un nodo central se va dividiendo en ramas y termina en hojas con .

Se trata de un recurso a usar cuando planifiquemos un proyecto u objetivos y necesitemos disponer de un mapa con todos los componentes que entran en juego para saber qué hacer y que descartar.

Conversaciones informales

Mi compañero Luis se incorporó a nuestro equipo hace algunos meses y como cada vez que se incorpora alguien se añaden nuevas dinámicas de grupo. Se ha traído con él la deliberación – la conversación – como forma para definir la actividad, ordenar las ideas y acordar cómo actuar.

El simple hecho de hablar de un problema actúa como conductor para mostrar sus distintos aspectos. Compartirlo con otros nos calma y nos centra.

Un programador se encarga de resolver problemas, abstraerlos y crear soluciones a través de la codificación. A menudo nos movemos en entornos complejos donde la solución a un problema A puede producir un problema B, os suena?

La conversación transforma piezas inconexas de un problema en un mosaico más comprensible estableciendo relaciones y causalidades que permiten su encaje. Al disponer de una imagen coherente y más ajustada a la realidad es lógico pensar que la intervención nos acercará a una resolución sin efectos no deseados.

Una conversación informal con otras personas combina conocimientos y perspectivas. Acercarnos a una solución a través de diferentes formas de pensar. Una expresión del pensamiento lateral.

Escribir

Utilizo la escritura como válvula de escape. Hacerlo en el blog me permite ordenar ideas y argumentar ciertas posiciones relativos a la efectividad personal. Tengo una postura definida pero expresarla por escrito me ayuda a pulir detalles y darle coherencia cohesionando con otras ideas sobre la productividad y mi sistema.

Escribir sobre efectividad personal me ayuda a relacionar ideas y convertirlas en creencias.

Escribir me ayuda a asentar las ideas. Es como si me contase las cosas a mí mismo a la vez que creó un material que puedo consultar y compartir con los lectores. Aprendo y convierto una idea en algo real y tangible.

Para necesidades más personales llevo un diario.. No escribo cada día,  sólo cuando hay algo que vale la pena contar(me). Una experiencia que me ha hecho pensar, alguna situación que me preocupa o una revelación súbita

Lo dedico a mi proceso de crecimiento personal. Registro experiencias e ideas que surgen. Me ayuda a despejarme de malas experiencia o registrar mis pequeños éxitos.

Al cabo de algunas semanas puedo volver unas páginas atrás y releer pensamientos con un estado de ánimo diferente. También lo utilizo para escribir sobre mi propósito y valores, sobre cómo van evolucionando mis objetivos e intereses. En ambos casos me ayuda a ver las cosas con perspectiva, con una mente más fría.

Cada uno de los recursos responde a necesidades diferentes. Planificación de una actividad compleja, resolución o análisis de problemas y reflexión sobre mi realidad. No siempre son técnicas ni métodos pautados, son iniciativas informales a las que a menudo no damos la importancia que tienen.