Orejas de verbena y color rosa

Por Antoniodiaz

Foto: Moratalla Barba. Aplausos.es


Carlos IliánMarca
Tarde de domingo. Cartel dominguero. Público facilón y bondadoso. Una mezcla perfecta para que los toreros mediáticos, los que salen todos los días, todos, en los magacines televisivos de por la mañana hagan de las suyas. En este caso el inefable Rivera Ordóñez, con diferencia el más mediático de toda la farándula taurina, se llevó el gato al agua. Y no me refiero al gato que tuvo delante. Me refiero a que consiguió el fervor de su público, ese que todas las mañanas sigue sus andanzas amorosas a través de Ana Rosa y compañía.
El animalejo de Jandilla fue una delicia de nobleza y bondad. Hasta Rivera se dió el lujo de gustarse, él, que es un torero tan tosco como un picapedrero. La gente le ovacionó todo y no le importó que Rivera matara de un alevoso bajonazo en el costillar. El programa de Ana Rosa del que este torero es un personaje diario, puede más que la ortodoxia taurina. Y el presidente en ofensiva actitud hacia la seriedad de una plaza de primera concedió el despojo sin sonrojarse.
Otra orejita infame le dierona El Fandi que puso banderillas, corrió de lo lindo y toreó en la periferia. Dos faenas burdas y de ínfimo nivel técnico. Pero en la tarde de las bondades también tuvo su recompensa en el quinto.
A Talavante le faltó un segundo para escuchar el tercer aviso en el sexto toro. Su lote no fue bueno, porque la corridita de Jandilla se paró, desfondada y sin casta. Pero el torero volvió a las andadas de frialdad y amaneramiento que lo están arruinando artísticamente.