En realidad un orgasmo no solo ilumina el cutis, sino también las cuentas de las editoriales, y eso no es nuevo: lanzar un título con las letras "sex" en la portada (o en la solapa) siempre es un reclamo. Y si además se aderezan las páginas con los elementos que nos gustan a las mujeres, que somos las grandes compradoras de libros (o sea, amorcito, ropa cara, tíos buenos y ricos y demás tópicos del ramo), el éxito está (casi) garantizado.
El sexo, además, no se agota en la novela: los libros con claves y "secretos" para sacarle más jugo al asunto son también constantes en las mesas de novedades. Inteligencia sexual, de Sonsoles Fuentes (Plataforma Editorial); Homo erectus: el manual para hombres que no deben leer las mujeres, de Juan Eslava Galán (Ed. Planeta) o Slow Sex: sexo sin prisas, de Diana Richardson (Ed. Gulaab) son solo tres ejemplos.
Aunque habrá quien diga que menos leer y más... Pues eso.
[Publicado en Diariocrítico.com]