Orgullo y Prejuicio, de Jane Austen.

Publicado el 30 septiembre 2013 por Meg @CazaEstrellas

A estas alturas de la película, poco puedo decir que no se haya dicho ya de éste clásico, así que me limitaré a destacar lo que más me gusta de su lectura. Con motivo del bicentenario tenía pendiente el presente post para sumarme al homenaje llevado a cabo por Carmen y amig@s. LLego "in extremis". Mi pachorra bloguera y yo somos una entidad indisoluble. Confieso que el libro ya lo tenía, pero en un alarde de consumismo no me pude resistir a la bonita "Edición Conmemorativa del Bicentenario" de la Editorial Austral (muy recomendable) que trae también la serie de la BBC (maravillosa, por cierto). Y dicho esto,¿Por qué leerlo?*  Por el ingenio de la autora. Por la elegante ironía. No es un secreto que me gusta mucho la ironía, el sarcasmo, incluso la mordacidad dosificada con buen gusto y humor inteligente. Es algo de lo que disfruto mucho, no sólo literariamente, sino también en la vida real. Me gustan las personas que hacen uso de estos recursos cimentados sobre el intelecto. Y seguramente por ello disfrute especialmente de las intervenciones del Sr Bennet.* Porque Elisabeth Bennet se desmarca de lo habitual en la época: huye de los convencionalismos, de la hipocresía. Es rebelde, inteligente, honrada, independiente (no hace depender su felicidad de un buen casamiento). Algo que hoy consideramos normal, pero cuando fue escrito no lo era.* Por la relación entre Elisabeth Bennet y Fitzwilliam Darcy. Otra de mis debilidades literarias y cinematográficas: la evolución de las complicadas relaciones entre personas que aparantemente no sólo no conectan, sino que se detestan, dando paso posteriormente a la aparición del amor. La pedantería, la elegancia y la timidez de Darcy me resultan, sencillamente, irresistibles.* Por los personajes secundarios. Un elenco sin desperdicio, desde la insoportable e histérica señora Bennet hasta las hermanas de la protagonista, pasando por el Sr Collins, Wickham, lady Catherine etc.
* Por la ambientación, por el retrato de una Inglaterra victoriana y rural.
En definitiva, IMPRESCINDIBLE.