"Orgullo y prejuicio" (Jane Austen, 1813)

Publicado el 15 febrero 2013 por Nelyjim @Bibliotecallena

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Novela Romántica
POR NELYJIM
Siempre he tenido pendiente leer algunos de los clásicos de la literatura, o al menos una pequeña muestra de cada época. La comodidad de leer algo fácil de entender, de actualidad, relatado en un contexto y con situaciones que nos resulten cercanas y por tanto sin grandes necesidad de echarle imaginación o ponerse a recordar aquellas tediosas clases de historia hacen que muchas veces la juventud dejemos a un lado los listados eternos que los profesores y las recomendaciones de entendidos nos iban creando en nuestra adolescencia.
Pero como siempre, las recomendaciones de gente cercana a ti, que conoce tus gustos pueden hacer lo que ningún profesor puede conseguir.
Ese ha sido mi caso. Colmo he dicho desde hace tiempo tengo en mi lista de lectura libros como “Guerra y paz”, “Cumbres borrascosas” o “Los miserables” por ejemplo, pero nunca he encontrado el momento o nunca he encontrado el libro entre mis manos.
Una amiga, cuyos gustos son muy parecidos a los míos me recomendó de la manera más tonta (daban el libro de regalo con una revista de economía si mal no recuerdo) que me leyera “Orgullo y Prejuicio”, que me gustaría mucho.
La verdad es que al leer el resumen (confieso que poco sabia del libro) me gustó e incluso lo empecé a leer con ilusión, a sabiendas de que no me esperaba una gran historia de misterios, amores y odios, si no mas bien algo fácil de leer, entretenido y con un toque romántico.,
“Orgullo y Prejuicio” fue escrito de forma anónima por Jane Austen en 1830, y es una de las primeras comedias románticas en la historia de la novela. De ahí que haya que hacerse a la idea de que no se va a leer un libro de acción trepidante o con un ritmo frenético de lectura.
Sin embargo cualquier idea de sencillez que pudiera tener ha quedado a la altura del barro después de terminarlo…. Está bien quien me diga que es una historia de la época, basada en el romanticismo propio, con los típicos personajes femeninos delicados y dedicados a una imagen de esperar acontecimientos y no hacer mas pero… es lo mas llano y simple que he podido leer (hablando siempre dentro de la categoría “libros famosos en la historia”).
El libro no avanza nada, no tiene historia ni nudo y el desenlace se ve desde la página quince. Los personajes son poco originales: en el lado femenino, los clichés: en general las mujeres cotillas, hipócritas, a la caza y captura de un buen bolsillo. En primer plano: La madre ambiciosa que quiere casar a sus hijas bien y a quien solo le importa lo que piense el vecino; las hijas pequeñas ansiosas por los uniformes y consentidas; la mediana tímida y fea pero inteligente y que por su posición pasa desapercibida; la mayor en su sitio de señorita correcta y corazón noble; y la hermana guerrera, inconformista con las normas de la época, descarada y valiente (de alguna forma el personaje principal).
En el lado masculino: En general hombres guapos, educados, que enamoran a la chica con un pestañeo y un baile de salón. En concreto: El padre de seis hijas (ni un solo hijo) y marido de una mujer a la que directamente no hace caso para no sufrir un ataque del corazón, que aunque es tradicional y sigue las reglas piensa en el fondo en el bien de sus hijas.
El caballero que de primeras lo es mucho pero que termina siendo un fantoche mentiroso, al que por supuesto se pilla. El malvado caballero con oscura sonrisa pero que al final tiene sonrisa profiden y un corazón más grande que el oso Yogui. El hombre santo, educado y sin macula que resulta ser mas empalagoso que un helado de vainilla ;).
La historia en si es en la relación de Elizabeth Bennet con Fitzwilliam Darcy en el plano principal y la forma en que con el paso del tiempo se descubren las mentiras y los prejuicios que las primeras impresiones y los cuchicheos intencionados o sin intencionar pueden causar en las personas.
Se conocen, se odian, se descubre una mentira, se dan cuenta de que se quieren, luchan (durante una pagina), y fin
Nada mas.
Por supuesto si algún crítico de los de verdad (no de los de la mundanal plebe como yo) leyera esto me mandaría quemar y eliminaría todas las cookies de los ordenadores del mundo entero que pudieran contener información que llevará a esta crítica, puesto que se supone que los grandes clásicos deben enseñar lo bonito y bueno de la escritura. Y desde luego no niego que la forma de redacción sea maravillosa, pero cuando alguien de a pie lee lo último en lo que nos fijamos es en que tenga una prosa que enamore. No, lo que nos gusta son historias que suban y bajen, que te hagan sufrir y alegrarte, que te hagan sentir que quieres mas, no una historia sosa y blanda.
Para mi definir este libro es simplemente decir que es un libro inglés (que lo es). Sin carácter ni fuerza, sin sentimientos que hagan vibrar.
Estoy segura de que todas estas opiniones son fruto de la época en la que, gracias a dios, he nacido, donde una mujer no anda (en principio) mirando el saldo del que tiene al lado, y no espera en la ventana oculta tras las cortinas a que su amado llegue para encontrarla taciturna y fría en el salón haciendo calceta. Las mujeres de hoy, de nuevo gracias a dios, no valemos para eso y tal vez alguien como yo que carece totalmente del sentido de la languidez del romanticismo femenino se enerva y desespera con una historia tan light.
La primera frase del libro lo dice todo: It is a truth universally acknowledged, that a single man in possession of a good fortune, must be in want of a wife. (Es una verdad universalmente reconocida que todo hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita esposa).
¿Para que decir más?
Así que he aprendido que hay según que lecturas para los que mi gusto no está hecho. Y no diré que no lo siento la verdad, porque me gustaría poder apreciar más el pasado y lo que se supone que es una joya pero….. no ha podido ser. No voy a desistir, pues si algo tengo claro es que un libro no hace una biblioteca, asi que seguiré en mi empeño y ya tengo en mente probar con “Cumbres borrascosas” … tal vez me quite la espinita que me ha dejado clavada “Orgullo y prejuicio”.