Orgulloso de tu sombra

Por Aceituno

Se fue. Me dejó esta imagen extraña, evocadora, con un punto surrealista y triste pero colorida como el cumpleaños de un niño. Ya lo dice el refrán: de lo perdido, saca lo que puedas. En este caso la huída de la libélula me ha dejado esta fotografía. No está mal. También pude tomar otras cuando todavía estaba posada en la ramita, pero son más aburridas. Me gustan las cosas poco convencionales, diferentes, con su punto de picante y de magia.

Debe ser que yo siempre quise ser así, con ese puntito de picante y de magia que nunca tuve. Más bien creo que fui un tipo aburrido que seguía las normas sin querer y tal vez por eso me dediqué a intentar tener una vida poco convencional. Aún así, dentro de esa vida de viajes y aventuras, siempre respeté los semáforos y los límites de velocidad, nunca consumí drogas duras ni cometí ningún delito, no participé en peleas, no hice travesuras ni cometí demasiadas locuras. Como mucho robé algunas cosas en los supermercados, pero cuando aún era un crío. Después nada, casi como un santo. Lo único que hice fue fumar marihuana y hachís y beber cerveza y vino, ni siquiera me gustaron los licores fuertes ni el tabaco. Solo fumé cigarrillos durante unos dos años como mucho. Siempre por favor y gracias, siempre buenos días y buenas noches, siempre dejando que las chicas salieran antes del ascensor y siempre atento y gentil con las señoras mayores.

Un tipo normal con una vida algo diferente pero que se resiste a seguir siendo lo que fue. Claro que ahora ya es tarde para iniciar una vida rebelde y traviesa, pero al menos puedo decidir que prefiero mostrar esta foto de la libélula en plena huída antes que las otras, más convencionales, en las que se ve al bicho claramente con todo su colorido, posado en la ramita.

Aún hay campo para la rebeldía. Hay que decir “no” al conformismo y la apatía y de vez en cuando tal vez haya que salir del ascensor antes que la vieja del tercero, ¿por qué no? Me parece que siempre hay tiempo para cambiar lo que no te gusta de ti.

Nunca es tarde para decidir que quieres estar orgulloso de tu sombra y satisfecho con tu reflejo. Eso que proyectas, es lo más tú que tienes.