El plátano es rico en vitaminas del grupo B, C y ácido fólico. En cuanto a los minerales, es muy rico en potasio, magnesio y en menor cantidad, hierro.
Es rico en triptófano, un aminoácido vital para el funcionamiento nervioso, y para incrementar los niveles de serotonina, un neurotransmisor que tiene la propiedad de ayudar a que nos sintamos más relajados, mejoremos el carácter, y en general, hacernos sentir más felices.
El plátano maduro es un excelente aliado para aquellos que sufran problemas estomacales:
Actúa como un antiácido natural, ya que contribuye a neutralizar el exceso de acidez en el estómago.
Es la única fruta cruda que se puede comer sin problemas en casos de úlceras crónicas.
Gracias a su alto contenido de fibra soluble, ayuda a restaurar la acción normal de los intestinos regulando su actividad, siendo adecuado tanto para el tratamiento de estreñimiento como de diarrea.
Pero, ¡Ojo! Evitad comer plátanos que todavía no estén los suficientemente maduros. La fécula del plátano es difícil de digerir mientras no esté madura y no se haya transformado en azúcar. Ya maduro, el plátano se convierte en un alimento de fácil digestión, ideal para todos !!