Es el titular que más veces hemos leído y escuchado hoy. Yo me enteré de la noticia en el trabajo, lo que me permitió comentarla con mis compañeros, y te puedo asegurar que había opiniones para todos los gustos.
Unos decían que se alegraban, que Bin Laden era un terrorista que no tuvo escrúpulos para ordenar atacar con aviones las Torres Gemelas de Nueva York o el Pentágono (aunque no tuvo lo que había que tener para subirse él mismo en esos aviones), y que se merecía el fin que tuvo.
Otros compañeros más moderados comentaban que no les parecía bien que los Estados Unidos hubieran preparado un ataque para ir a matar directamente a Bin Laden. Opinaban que lo correcto habría sido capturarlo y juzgarlo (algo así como se hizo con Saddam Hussein, que estuve preso y condenado por las leyes de su país, que lo enviaron a la horca). Los que se alegraban de la muerte del líder de Al Qaeda les replicaban diciendo que , con la seguridad que rodeaba a Bin Laden, no podían permitirse el lujo de solamente capturarlo, porque con sólo intentarlo, las personas encargadas de su seguridad, habrían disparado, sin dudarlo, a los militares americanos; es decir, o lo mataban, o no habría captura.
Supongo que cada uno tendrá su propia opinión, aunque pienso que una de las cosas en las que la mayoría de la gente estamos de acuerdo es que esta muerte traerá consecuencias para el mundo occidental. En cuanto se reestructure la cúpula de Al Qaeda y un nuevo dirigente se ponga a la cabeza, se harán sentir, ya sea amenazando con una nueva Guerra Santa contra Occidente, como ya ocurrió hace años, o, directamente, a través de un atentado, sin previo aviso.
¿Tú qué opinas de todo esto?