LOS PREMIOS
En el capítulo de los galardones cabe destacar que ha sido una de las ceremonias más previsibles de los últimos años. Prácticamente todos los premios estaban cantados. Tan solo se puede hablar de relativas sorpresas en dos categorías, una menor, cortometraje de animación, donde “Get a horse” la pieza de Disney era la gran favorita y se fue a casa sin premio, y otra de más relumbrón, pero no de las más importantes, mejor documental, en la que “20 feet from stardom” arrebató el Oscar a “The act of killing”. En este caso ambas sonaban como favoritas al premio, aunque daba la sensación que la película danesa se encontraba ligeramente por encima en cuanto a posibilidades. Otro filme del país nórdico se fue a casa de vacío, “La caza”. Era la más redonda, sin duda ninguna para este que escribe, entre las candidatas incluidas en la categoría de película de habla no inglesa. La competencia se presumía fuerte, con la belga “Alabama Monroe” y la italiana “La gran belleza”; dos grandísimos trabajos aunque con pequeñas taras que las hacían no alcanzar el nivel de la película de Thomas Vinterberg. Finalmente el magnífico homenaje que Paolo Sorrentino hace a “La dolce vita” emuló al inmortal trabajo de Fellini consiguiendo un Oscar más para Italia, y ya van 14.
El resto exactamente lo esperado. Reparto en las dos categorías principales con lo que eso conlleva. Dos triunfadoras, “12 años de esclavitud” mejor película del año, refrendado por otros dos premios, mejor actriz secundaria y mejor guión adaptado, y “Gravity”, que hizo historia para el cine mejicano con la victoria de Alfonso Cuarón en la categoría de mejor dirección, y además amasó 6 galardones más, siendo con un total de 7 el filme más premiado de la noche. Viendo la ceremonia hubo algo que llamó la atención, el guionista de “12 años de esclavitud”, John Ridley, al recoger su premio no nombró en sus agradecimientos a Steve McQueen, director de la cinta, quien aplaudía de forma fría y con gesto serio. Poco después se ha sabido que se ha mantenido en secreto el enfrentamiento que hay entre ambos por miedo a que pudiera afectar a la película en la carrera por el Oscar. El agrio desencuentro viene del hecho de que Ridley declinó que McQueen apareciese en los créditos como co-guionista (con lo que habría recibido conjuntamente el galardón concedido a la adaptación). Si bien es cierto que McQueen participó activamente dando forma al texto que Ridley había entregado, su comportamiento posterior, por lo que se ha sabido ahora, no ha sido nada edificante.
En las categorías interpretativas los nombres estaban bastante claros. Matthew McConaughey consolidó el giro de 180º que comenzó a dar a su carrera hace un par de años con un merecido Oscar al mejor actor por la magnífica “Dallas Buyers Club”, de inminente estreno. También parecía cantado el premio para Cate Blanchett, aunque “Blue Jasmine” no sea santo de nuestra devoción, en la humilde opinión de este junta letras quien realmente merecía el galardón era Judi Dench. La Dama del Imperio Británico estaba soberbia en “Philomena”, de la que, probablemente mañana, tendréis en estás páginas la correspondiente crítica. Sandra Bullock se fue a casa sin Oscar pero con una sonrisa de oreja a oreja pensando que su porcentaje sobre la taquilla de “Gravity” iba a incrementarse después de los 7 premios que consiguió el filme.
Jared Leto acompañó a su compañero de reparto McConaughey y se llevó a casa el premio al mejor actor secundario, recordando en su discurso las graves situaciones que se sufren en Ucrania y Venezuela. La situación más igualada se daba en la categoría de mejor actriz secundaria, en la que finalmente se alzó con la victoria Lupita Nyong´o, nacida en Méjico (de ahí su nombre), pero de padres keniatas. “12 años de esclavitud” es su primer trabajo en cine y resulta escalofriante la encarnación que hace de una esclava a la que hace la vida imposible el caprichoso dueño de la plantación en la que trabaja, detestable personaje al que da vida Michael Fassbender.
En esta pugna la que salió perdiendo fue una Jennifer Lawrence que no dejó de estar divertida en toda la noche pese a que Ellen Degeneres le recordó su caída el año pasado cuando subió a recoger su Oscar y la que minutos antes había tenido en la alfombra roja. Encajó con deportividad su derrota y la de su película. “La gran estafa americana” fue la gran damnificada de la noche, se fue de vacío cuando contaba con 10 candidaturas. Lo cierto es que lo tenía muy complicado y además del premio a la actriz secundaria la otra posibilidad a la que podía aferrarse era haber ganado en la categoría de guión original, donde no estaban ninguna de las otras dos favoritas, pero el Oscar finalmente fue a parar a manos de Spike Jonze por “Her”.
La Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas no da puntada sin hilo y, a menudo, sabe reconocer a aquellas películas que marcan un antes y un después en la historia del cine (aunque siempre haya honrosas excepciones y flagrantes olvidos) . Este año ha querido dar brillo y poner en valor a dos trabajos arriesgados y valientes. “Gravity”, una maravilla de la tecnología que cuenta un historia de superación personal y da un paso más en el desarrollo de las tres dimensiones aplicadas al cine, y “12 años de esclavitud”, un drama duro y descarnado, pero sin resultar truculento, un filme que llama a las cosas por su nombre y en el que podemos ver lo peor, y algo de lo mejor, de la condición humana.
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