Oscar, de 29 años, es manchego, de Ciudad Real. Se encuentra en Madrid celebrando y trabajando durante el Orgullo de Madrid “captando a clientes para que consuman alcohol a saco” en un bar en el que colabora en Chueca. Dice que en la capital hay más posibilidades de trabajo, aunque ningún empleo tenga que ver con su carrera profesional: Filología Inglesa. Nos dice que es “súper gay, muy gay” y que siempre ha vivido abiertamente su sexualidad sin ningún problema gracias a su “fortaleza”. “Desde muy joven”, nos asegura, “tomé la decisión y me lo pasé todo por el forro”. Los demás jóvenes le respetaban en su adolescencia “ya que era un figurín en balonmano y en natación, todos me querían”. Comenzó a sentir atracción por los chicos con “8 ó 9 años” y su primera relación sexual “no fue bonita, pero sí muy excitante”. Lamenta que las relaciones no le duren mucho, “es lo peor que llevo, pero nunca he sufrido por desamor, siempre he actuado con mucha frialdad”.
Oscar, de 29 años, es manchego, de Ciudad Real. Se encuentra en Madrid celebrando y trabajando durante el Orgullo de Madrid “captando a clientes para que consuman alcohol a saco” en un bar en el que colabora en Chueca. Dice que en la capital hay más posibilidades de trabajo, aunque ningún empleo tenga que ver con su carrera profesional: Filología Inglesa. Nos dice que es “súper gay, muy gay” y que siempre ha vivido abiertamente su sexualidad sin ningún problema gracias a su “fortaleza”. “Desde muy joven”, nos asegura, “tomé la decisión y me lo pasé todo por el forro”. Los demás jóvenes le respetaban en su adolescencia “ya que era un figurín en balonmano y en natación, todos me querían”. Comenzó a sentir atracción por los chicos con “8 ó 9 años” y su primera relación sexual “no fue bonita, pero sí muy excitante”. Lamenta que las relaciones no le duren mucho, “es lo peor que llevo, pero nunca he sufrido por desamor, siempre he actuado con mucha frialdad”.